Decían desde Marín en la previa que el de ayer iba a ser un partido dedicado a la afición. La plantilla se lo tomó muy en serio y plantaron cara a todo un campeón de liga para despedir el año soñando con una victoria que se escapó en los últimos doce minutos y ofreciendo todo un festival del puntos.

Después del pertinente pasillo de los marinenses a un Guipúzcoa que venía a A Raña de resaca tras las celebraciones de la pasada jornada en la que lograron el ascenso matemático a la liga ACB, comenzó el partido con poco más en juego que el honor de acabar la temporada con la sonrisa de una victoria y el deber de ofrecer un buen espectáculo deportivo a los aficionados .

Partdio auténticamente loco el que se vio ya desde el principio en Marín, de los que se escapan a las pizarras de los entrenadores y disfrutan los aficionados y los jugadores, que además colaboraron de la mejor forma posible, encestando una y otra vez y reduciendo mucho el porcentaje de error en el lanzamiento. La primera jugada del choque ya fue una declaración de intenciones. Triple de Gabe Rogers y señal inequívoca de que el partido se iba a convertir en eso, una competición de tiro.

Jorge Romero y Tim Derksen fueron los maestros de ceremonias en esta competición ofensiva en la que el Peixegalego llevó la iniciativa desde el principio, dominando en el electrónico a un Retabet algo amodorrado fruto de la falta de tensión lógica del que se sabe matemático campeón de liga. De esta forma llegó el partido al descanso ya con una anotación propia de otra liga (56-48) favorable a los de casa y con toda la plantilla azul a excepción de Oubiña habiendo anotado ya al menos un punto.

La segunda parte ya fue otra cosa. El Retabet (mejor defensa de la liga) ya no permitió que se jugase tanto y metió una marcha más para lanzarse a por un partido que por momentos llegaron a perder hasta de 13 puntos. A poco más de un minuto para ir al último cuarto el partido ya estaba empatado (67-67) para después ponerse por delante con un triple e iniciar un enorme parcial (2-15) que les puso siete arriba (69-76).

La calidad del líder se impuso después en el cuarto definitivo para imponer el ritmo y manejar muy bien su ventaja, impidiendo a los locales agradecer a su gente el esfuerzo de cada partido pese haberlo intentado, llegando incluso a empatar el partido (86-86) para brindar un final apretado.

Con derrota (90-100) se despidió por lo tanto el Marín Peixegalego de su corta estancia en LEB Oro, prometiendo dar guerra para tratar de volver cuanto antes y con una sonora ovación de unas gradas que despidieron a muchos jugadores que probablemente no vuelvan a ver vestidos de azul la temporada que viene en Plata. Múgica y Ferreiro no estaban entre ellos al perderse el partido por lesión.