La mala suerte se ha vuelto a cebar con el ariete granate Mario Barco. Después de cuajar una primera vuelta casi perfecta, con nueve goles que ayudaron a que los granates cuajasen una primera parte de la temporada por encima de las expectativas, este 2017 no está siendo nada positivo para el ex del Somozas.

En esta segunda vuelta las lesiones han impedido a Barco poder demostrar su mejor fútbol y, lo que es más importante para un delantero, hacer goles. Solos dos dianas son las que ha podido convertir desde que finalizó el 2016, las que consiguió de forma consecutiva ante el Burgos y el Lealtad saliendo desde el banquillo tras regresar de su primera lesión de tobillo. Dichos tantos le dieron a su equipo el mayor botín posible, los tres puntos que se pusieron en juego en cada una de las dos jornadas.

Pero a esa lesión de tobillo producida en casa ante el Guijuelo el 8 de enero y que ya le había hecho perderse seis jornadas de liga le sucedieron dos más, en este caso de naturaleza muscular y que han mermado mucho más sí cabe al delantero tanto física como psicológicamente. Tres partidos después de volver de su primera lesión, fue la primera lesión muscular en los isquiotibiales, en el partido contra el Valladolid B en el que duró 8 minutos sobre el terreno de juego después de salir desde el banquillo ya con el partido decidido para el bando local.

El domingo, otra vez los dichosos isquios han vuelto a dar problemas y nuevamente Barco ha caído lesionado en un partido delante de su afición. Hoy se va a someter a las pruebas pertinentes para conocer el alcance de su dolencia, pero los precedentes (en su anterior lesión muscular estuvo 20 días fuera) hacen pensar que su regreso al verde es algo que se puede dar por descartado como mínimo hasta que finalice la competición liguera.

El jugador ya se ha perdido ocho partidos en esta segunda vuelta, justo la mitad de los que se han disputado. Mientras ha estado fuera el Pontevedra encadenó primero seis partidos consecutivos sin ganar ni marcar, los que coincidieron con su recuperación de tobillo, y después logró una derrota (2-1 ante Osasuna B) y una victoria (2-1 ante el Tudelano) mientras los isquiotibiales le dejaron K.O

Una vez espantados ya los fantasmas de la falta de gol sin su presencia en el campo, el Pontevedra tiene que sacar adelante los tres partidos que le restan de liga para tratar de sellar su clasificación para el play off de ascenso con Mario Barco ayudando desde las gradas en lugar de en el campo.

Íker Alegre

El recuperado de su lesión de larga duración y convocado en los dos últimos partidos, Íker Alegre, puede ser el sustituto en ataque que le hace falta al equipo en este tramo final de temporada.

Su vuelta al equipo sería un refuerzo de lujo para afrontar los ilusionantes retos que están por delante y reforzaría las bandas para que David Añón quede más libre para ocupar posiciones en el centro de la delantera junto a Mateu Ferrer.