Partido totalmente intrascendente el que hoy disputa el Marín Peixegalego contra el Tau Castelló en tierras valencianas. Los de Javi Llorente afrontan sin nada más que en juego que su propia honra en último desplazamiento de la presente temporada enfrentándose a un rival que tampoco tiene nada más que decir en la clasificación. Mientras que los marinenses ya saben que, al menos en cuanto a méritos deportivos, el año que viene van a tener que jugar en LEB Plata, el Castellón también sabe a ciencia cierta que lo hará en Oro con toda seguridad al tener ya inalcanzable el objetivo de jugar los play off y estar también su permanencia sellada.

Pese a la escasa relevancia clasificatoria, Javi Llorente y sus hombres se toman este encuentro como una oportunidad de sacarse el amargo sabor de boca del descenso y de paso resarcirse de la mala senda de resultados que le ha llevado a encadenar tres derrotas consecutivas en las últimas semanas. Será también una buena oportunidad para que Llorente dé minutos a jugadores que durante esta campaña no han podido gozar de todo el tiempo sobre la pista que les hubiera gustado.

En una temporada histórica por la categoría, pero oscura por los resultados, el club tiene dos jornadas más por delante para cerrar la temporada de en LEB Oro con la cabeza muy alta y centrarse en la planificación del próximo año, sea en la categoría que sea y según el presupuesto.

El Castellón es un equipo que ha sacado del Pabellón Ciutat de Castelló su principal caladero de puntos la haber ganado allí la mitad de sus partidos jugados, y sacar los dos puntos contra rivales importantes de la categoría como el Melilla o el Palencia en esta segunda vuelta, todos ellos conjuntos alojados cómodamente el posiciones de play off de ascenso. En el encuentro de la primera vuelta el cuadro que entrena López de Lerma se llevó la victoria gracias a un mejor último cuarto en el que marcaron las diferencias gracias a su acierto en el tiro de dos y su mayor fortuna bajo los aros en la captura del rebote. La aportación del banquillo también fue una de las bazas castellonenses en aquella ocasión.