Faltaba la heroica en Pasarón. Partidos de esos que se ganan sufriendo y cuyos tres puntos tienen un sabor más dulce que nunca. De esos que hacen más afición y cuyo gol de la victoria te hace abrazar al vecino de grada como si fuera un hermano. Esto es lo que ayer pudieron ver en Pasarón los aproximadamente tres mil aficionados que acudieron al Pontevedra-Tudelano, una cifra de hinchas ligeramente superior que la de los últimos encuentros debido a las iniciativas del club para animar la afluencia al campo.

Pero esta heroica del encuentro solo se entiende si se empieza narrarlo desde el final. Esos diez minutos finales agónicos en los que un conjunto granate, obcecado por su falta de acierto y el buen trabajo defensivo rival, veía como se le iban las opciones de conseguir ampliar su ventaja en la cuarta plaza ante el tropiezo de sus máximos rivales, dejando el camino al play off mucho más allanado.

En ese punto, y ante la falta de clarividencia en ataque, el balón parado se presentó como un oasis en medio del desierto para exprimir al máximo las opciones de remontada. Los tres puntos para el Pontevedra llegan tras dos goles de cabeza de Abel Suárez y de Bruno en los minutos 87 y 95, respectivamente, y ante un rival con una media de altura bastante superior a la del bloque local.

Sorprendió Luisito con un once totalmente novedoso al decidir prescindir de un punta nato para dar entrada a Mouriño en la posición de "falso nueve", con Álex González y Añón por las flancos de ataque buscando percutir en la defensa rival ante la ausencia de los laterales titulares Miguel y Bonilla.

El Tudelano entró mucho mejor en el partido, y era el que llevaba más peligro sobre el área rival a través de un juego quizás algo primitivo en las formas pero que estaba resultando más que efectivo por la clara superioridad física de una plantilla navarra con mucha más presencia que la local.

En el minuto 12 llegó el primer aviso visitante con un remate de cabeza de Ion Vélez que no tuvo mayores consecuencias pero que dejó claras las intenciones del Tudelano. Solo seis minutos después, en una jugada a balón parado, llegó el tanto del cuadro de Tudela tras empujar a gol Nandi una falta lejana puesta en juego con mucha intención por parte de Ibai y que fue peinada por un jugador navarro. Edu se anticipó bien para blocar el remate pero el central del Tudelano tocó lo justo la pelota para desviar la trayectoria y anotar el primer tanto del partido.

El gol no hizo despertar a un Pontevedra que no conseguía claridad arriba, por lo que Luisito decidió mover ya temprano el banquillo para dar entrada a Mateu Ferrer en sustitución de Capi, un cambio que luego el entrenador granate calificó como "doloroso" pero que era necesario para dar mayor peso ofensivo a su equipo.

El movimiento táctico sentó bien al equipo y a partir de ahí comenzó a sacudirse la presión y a acercarse con mayor fluidez a la portería defendida por Pagola. La primera ocasión local clara llegó a diez minutos del descanso en un remate de cabeza de Añón a centro de Álex González que se marchó desviado. Los lerezanos acumularon hasta tres acercamientos más antes de encarar los vestuarios, demostrando que Luisito había acertado con el cambio.

Más intensidad

Toda la intensidad que al equipo le faltó en la primera parte la recuperó en la segunda para conseguir que el Tudelano diese un paso atrás, renunciando a tratar de llevar el peso del partido y esperando una oportunidad a la contra con la que cerrar el encuentro. Ocasiones no le faltaron y en la intervención de Edu a una de ellas estuvo el 50% de la victoria pontevedresa. El cancerbero detuvo con los pies, lanzándose muy bien abajo, un remate franco de Ion Vélez que entró solo desde atrás superada la hora de juego.

A partir de ahí prácticamente se acabó el Tudelano en ataque. Los navarros se encontraron además en numerosas ocasiones con la reprimenda o incluso las tarjetas amarillas del colegiado cada vez que trataban de perder algo de tiempo en los cambios o demorando la puesta en juego del balón.

El Pontevedra estaba ya volcado arriba en busca de un empate que no terminaba de llegar y Añón lo tuvo a 20 minutos del final en un disparo lateral en el que Trigo le cedió el balón tras girarse sobre sí mismo dentro del área cuando tenía todo de cara para finalizar él mismo la jugada. Poco después Luisito se vio obligado a sustituir a Portela por lesión, y entró Álex Fernández en el centro del campo, por lo que los granates finalizaron el choque con una pareja de centrales totalmente distinta a la que alinearon de inicio y con Álex González de lateral zurdo.

En estas circunstancias solo la fe de los jugadores del Pontevedra consiguió sacar el partido adelante. Con la afición apretando más que nunca el bloque de Pasarón se hizo con la remontada. Primero Abel Suárez saltó más que nadie en un saque de esquina para hacer un empate que ya parecía muy valioso por si solo y ocho minutos después, ya con el tiempo cumplido y en la última ocasión del encuentro, Bruno emuló al mismísimo Sergio Ramos para poner de cabeza el gol de la victoria local en el minuto 95 y ante las protestas de un Tudelano que estaba pidiendo la hora debido a que el colegiado había decidido extender un minuto más los cuatro de prolongación dados por pérdida de tiempo del guardameta visitante, Pagola.

Este fin de semana se ha materializado ya la clasificación matemática de los tres primeros de la liga y el próximo domingo el equipo granate jugará en Ponferrada un partido que también puede ser definitivo para el play off de ascenso y para el que no contará con la presencia ni de Portela ni de Kevin Presa.