El Pabellón Municipal vio ayer a un Teucro de dos caras. El primero blandito y fallón y el segundo más cómodo y efectivo para llevarse el partido ante un Amenábar que fue perdiendo en fortaleza y confianza a medida que los azules fueron apareciendo en el partido. Lo que podría haber sido un tropiezo estrepitoso en casa, se convirtió tras el descanso en una cómoda victoria teucrista, que suma ya 19 jornadas sin perder.

Empezó muy dormido el Teucro, que al igual que el público que poco a poco empezó a llegar al pabellón, parecía que todavía estaba de desfile de carnaval en unos primeros minutos de auténtico horror para los intereses pontevedreses. Los azules no carburaban en ataque y prueba de ello es que hicieron los mismos goles en los últimos 10 minutos de la primera parte que en los 20 anteriores (siendo dos de estos goles iniciales desde la línea de 7 metros).

Un momento de máximo acierto del Zarautz, con parcial de 0-6 incluido, hizo que Quique Domínguez se viese obligado a parar el partido hasta en dos ocasiones. La primera con 5-7 en el electrónico y el Amenábar comenzando a escaparse en el marcador y la segunda cuatro minutos después, cuando ya los vascos tenían su ventaja máxima de seis tantos (5-11).

La segunda reprimenda del técnico teucrista fue la más efectiva para los azules, que poco a poco comenzaron a soltarse y a ganar en confianza tras la frialdad de los primeros minutos para ir acercado posturas e irse a los vestuarios con el partido mucho más abierto (12-14).

El rapapolvo de Quique Domínguez a sus jugadores durante el descanso surtió efecto de inmediato. Los pontevedreses tardaron mucho en saltar a la pista para la segunda media hora de juego. Pero en cuanto lo hicieron fueron un vendaval ofensivo ya de inicio y, con un parcial de 3-0, comenzaron a mandar en el partido para no volver a dejarlo escapar nunca más.

A medida que pasaban los minutos Amenábar comenzó a flaquear más en físico y confianza, dando alas a un Teucro que llegó incluso a ganar por siete goles de diferencia (27-21). Al final los de Zarautz consiguieron maquillar un poco el resultado jugando en superioridad numérica los últimos dos minutos para el definitivo 28-24.