El Cisne es talento, verticalidad y dinamismo. Pero es mucho más. El conjunto pontevedrés demostró que se mueve como pato en el agua en partidos broncos, en los que hay que enseñar el diente y morder el rival. Al menos si el escenario es Pontevedra. Ayer, el cuadro dirigido por Jabato completó un partido soberbio para derrotar a un Palma del Río que llegaba al CGTD con la necesidad imperiosa de vencer para no perder distancia con el Teucro. Dio igual. El Cisne sabía que era una oportunidad de oro para dejar atrás su dinámica de tres partidos sin ganar y sacó el carácter para secar el ataque de Palma, que se quedó en 17 puntos, e imponerse al pésimo arbitraje, que le castigó durante toda la primera parte con cinco exclusiones.

La actuación arbitral fue calamitosa y perjudicó al Cisne durante buena parte del encuentro. Pero el cuadro local no se dejó imponer. Hubo de jugar diez minutos del acto inicial en inferioridad y, aun así, logró irse al descanso con un potable 10-11. Palma planteó un partido de desgaste, a pocos goles y con un ritmo no demasiado alto. A priori, unas condiciones perjudiciales para su rival. Pero el cuadro cordobés no contaba con esa versión del equipo lerezano.

Tras un inicio igualado, el Cisne logró coger colchón con un 6-3 que avisaba de lo que iba a ser el encuentro. Sin embargo, Palma logró neutralizar la distancia pronto, pese a que Toño Lafuente comenzó con su particular recital. El segundo clasificado se aprovechaba de la sequía cisneísta, que tardó en anotar seis minutos, incapaz de descifrar la defensa 5-1 que le planteaba su rival. Entonces comenzó el intercambio de golpes, con un Cisne que pudo salir ileso pese al festival de exclusiones. Menduiña perdonó el 10-10 en una contra y Palma puso el 9-11 en los últimos segundos. Pero faltaba la aparición de Pombo, que sobre la bocina se sacó un lanzamiento colosal para mandar el partido con una renta mínima al descanso.

El guardián echó la llave

Pero si el primer tiempo había sido un ejemplo de supervivencia, en el segundo el Cisne demostró que es un animal canibal. Al poco, el equipo logró darle la vuelta al marcador después de aprovechar un penalti errado por un Palma muy errático. Toño Lafuente intimidaba en cada ataque, agigantado por una defensa colosal, agresiva y en la que las piernas y los brazos parecían multiplicarse por las ayudas solidarias de todos.

Poco después del ecuador Conde colocaba a los suyos tres por delante. Entonces llegó la exclusión de Del Castillo, pero el Cisne encajó un parcial de 0-2 tras otros seis minutos sin anotar (17-16). Quedaban menos de diez minutos y el partido se enfangó todavíamás. Cuadrado encontró puerta y aclaró las ideas de un Cisne que tuvo bola para sentenciar con tres goles de diferencia. Palma se acercó, pero Vázquez y Chan encontraron una conexión aérea para poner el 19-17.

A falta de dos minutos, los colegiados compensaron con una exclusión dudosa de Cabello. El partido no se podía escapar, pero una pérdida de Chapela encendió las alarmas. En la contra, el guardián cisneísta echó una vez más la llave y culminó su soberbio partido con una parada a Requena que aseguró una victoria trabajadísima al Cisne.