El Pontevedra ya sabe lo que es sufrir una derrota abultada esta temporada. Le ocurrió hace algo menos de tres meses en el Reino de León, cuando visitaron a la intratable Cultural Leonesa y se vieron superados por el potencial de un oponente muy superior y con más pegada arriba por un claro marcador de 3-0. El mensaje que dejó aquella derrota caló enseguida en un grupo en el que los jugadores afirmaron haber aprendido mucho del tropiezo.

La dureza del resultado ante el líder le sirvió a los de Luisito para hacer autocrítica y fortalecerse de cara a lo que vino después. Así, después de su caída los granates encadenaron siete jornadas seguidas sin perder hasta que el Rácing de Santander visitó Pasarón. Otro dato interesante de esa abultada derrota es que desde esos tres goles encajados, y hasta el partido del domingo ante el Celta B, el Pontevedra solo encajó seis tantos en nueve partidos.

Afición comprensiva

Una de las pocas notas positivas que dejó el derbi provincial fue la actitud de la afición. A pesar de ver como su equipo acumulaba la segunda derrota consecutiva en casa y el cuarto entro sin marcar, supo entender el esfuerzo de los jugadores y despidió al equipo con un notable aplauso que contrasta claramente con los pitos que se escucharon en la victoria ante el Guijuelo.