El desgraciado partido del pasado domingo en Pasarón ante el Celta B llevará la etiqueta del encuentro de los récords negativos de esta temporada. Y es que ese 0-4 en contra no solo es la mayor goleada recibida de la era Luisito en Pontevedra, sino también supone el peor momento de cara a gol del último lustro.

El potente filial celeste visitó Pasarón probablemente en el mejor momento del año. Con el equipo granate inmerso en un bache ofensivo que parece no tener fin. Si esto fuera poco, estaba salpicado además de bajas importantes, sobre todo en una línea de ataque en la que a los granates les faltaron los tres jugadores que vinieron a la Ciudad del Lérez a marcar las diferencias arriba; Íker Alegre, Mario Barco y David Añón. A estos hay que unirle la ausencia también del canterano Kevin Presa, con poco peso en el bagaje goleador pero más que influyente en las labores defensivas pontevedresas en el centro del campo.

Así las cosas, Luisito no quiso poner ninguna excusa tras la derrota y apechugó con la culpa que le toca reconociendo la problemática de las últimas semanas de cara a puerta y quitándole presión al delantero centro Mateu Ferrer, del que dijo que "no es el único responsable de hacer goles del equipo porque hay más jugadores con gol".

Desde el último tanto pontevedrés, el conseguido por Abel Suárez ante el Guijuelo, el Pontevedra acumula ya 395 minutos (más tiempo añadido) sin anotar, unas cifras cuyo último precedente data de la temporada del descenso (2010-2011) cuando el equipo entonces entrenador por Castro Santos se pasó también cuatro semanas sin marcar.

Goleadas en casa

La afición del Pontevedra está muy poco acostumbrada a ver como su equipo cae en casa con tanta claridad como ha ocurrido el fin de semana. Más aun en un pasado reciente en el que el club granate se ha codeado con los primeros de la tabla en Tercera y en la zona media alta ahora de la Segunda División B.

Para encontrar el precedente más reciente de un equipo capaz de endosar cuatro o más goles al Pontevedra en casa, hay que remontarse al partido de más doloroso recuerdo en la historia lerezana reciente. Fue el 8 de Mayo del 2011 ante el Guadalajara. El resultado fue de 1-5 favorable a los manchegos y las consecuencias devastadoras para el Pontevedra, que certificó con una sonrojante goleada su descenso al infierno de Tercera División.

Dos años antes el Lugo también fue capaz de anotarle cinco goles al Pontevedra en casa (2009-2010) y se da la casualidad de que Luisito, al frente del desaparecido Ciudad de Santiago, también fue quien de hacerlo (0-4) en el curso 2008-2009.