La segunda resonancia realizada a principios de esta semana al delantero cedido en el Pontevedra, Mario Barco, no es alentadora. Los resultados de la prueba llevada a cabo en Lugo dicen que el jugador estará lejos de los terrenos de juego por un período no inferior a los dos meses, ya que la estimación de regreso a los campos habla del mes de abril para el pichichi granate.

El jugador no precisará de cirugía, pero tiene una lesión considerable, con rotura parcial del ligamento interno y con el externo anterior y posterior rotos casi en su totalidad. Es decir, en estos dos últimos ligamentos tiene una lesión de grado 3, que estuvo a punto de provocar que el jugador tuviese que pasar por el quirófano. Además tiene un edema óseo en el astrágalo bastante fuerte que fue producido por el dislocamiento.

Toda esta situación conduce a que los plazos de recuperación son difícilmente reducibles teniendo claros los dos meses mínimos que incluso se podrían alargar a tres. Barco debe mantenerse sin apoyar el pie durante tres semanas a partir del día la lesión. Cuando este plazo finalice, el jugador será sometido a nuevas pruebas.