En pleno siglo XXI todavía se siguen escuchando insultos en algunos campos de fútbol contra jugadores por el color de su piel. Lo sabe bien Carlos Arturo Sánchez, jugador del San Martín de Vilaxoán, que el pasado domingo, acabó estallando en el encuentro que disputaba ante el Marcón por las increpaciones que recibía desde la grada.

Además de encararse con aquellos que vertieron sobre él insultos racistas, al terminar el encuentro, le anunció a su entrenador, Ches Conde, que tenía decidido abandonar el fútbol, "cansado de soportar insultos por el color de su pie, prácticamente, todos los domingos que jugamos como visitantes".

Ya más en frío, Carlos Arturo Sánchez reconocía ayer que se va a tomar esta semana para valorar la decisión, ya que se encuentra sancionado con un partido por acumulación de tarjetas (la quinta del ciclo la vio cuando se encaraba con la grada). De 32 años de edad, el jugador reconoce que lleva "veinte años jugando al fútbol y he tenido que aguantar comentarios racistas en muchos campos, pero el del domingo fue la gota que ha colmado el vaso, he llegado al límite porque no es una situación agradable, ya que acabas más pendiente de la grada que de lo que ocurre en el campo".

Sánchez asegura que "no me gustaría dejar el fútbol por cuatro energúmenos ignorantes, pero los últimos partidos fuera de casa han sido muy duros y estoy harto de esta situación; yo lo que quiero es jugar al deporte que más me gusta, no aguantar este tipo de situaciones". Reconoce que tanto su club como sus amigos "me están animando a que continúe, por eso me voy a tomar esta semana para meditar; la verdad es que en Vilaxoán me están tratando de manera espectacular, y eso puede pesar mucho en la decisión final, pero los insultos me han hecho perder la ilusión y las ganas".

En más de una ocasión, al finalizar un partido, ha valorado la posibilidad de denunciar lo ocurrido ante la Guardia Civil, pero lo que si tiene claro es que los clubes, o la propia Federación de Fútbol deberían adoptar medidas para que este tipo de situaciones no se repitan. "Sanciones, expulsiones del campo o cualquier otra medida porque estos ataques no tienen ningún tipo de sentido y hoy soy yo, pero mañana puede ser cualquier otro jugador el que sufra estas situaciones".

El árbitro del encuentro, Núñez Rodríguez, no dudó en recoger en el acta del encuentro lo ocurrido en el campo de O Carrasco durante la primera mitad, en la que el propio colegiado apunta que escucho los insultos "negro de mierda", "mono" y "vete para Melilla", algo que comunicó al delegado local para que conminase al público a acabar con esa situación.

Carlos Arturo Sánchez cuenta con el respaldo total del club al que pertenece, el San Martín, que ayer hacía publico un comunicado en el que aseguraban que "desde la incorporación de Carlos Arturo venimos comprobando, en la mayoría de los encuentros disputados como visitantes, actitudes xenófobas y racistas hacia él". Por este motivo, reclamaban a los clubes "la colaboración para atajar estos comportamientos", recordando que "en los campos suele haber niños a los que, con este tipo de actitudes, no estamos ayudando en su educación".

También el técnico del San Martín, Ches Conde, reconocía estar sorprendido "por el hecho de que todavía ocurran situaciones así en los campos de fútbol, en pleno 2017; pensaba que se habían acabado y que habíamos evolucionado, pero lo del partido del domingo me demuestra que no". No solo en este encuentro Conde ha observado la actitud de determinados espectadores hacia el jugador. "En otros campos en los que hemos jugado esta temporada parecía que iban directamente a por el, es cierto que una minoría, pero acababan sacando de quicio al jugador con sus insultos", explica.

Entiende Conde que "esto se debe frenar, no solo por él, que lo está pasando mal, sino por los que vienen detrás".

El técnico del San Martín no dudó en agradecer a jugadores y técnicos del Marcón su reacción ante los insultos a Carlos Arturo, ya que "todos se posicionaron del lado del jugador pidiendo que se fuesen las personas que lo estaban insultando; el mundo del fútbol debe unirse contra esto; es cierto que eran cuatro de 150 espectadores, pero estaban, y eso no puede consentirse".

Por su parte, desde el Marcón aseguraban ayer que lo ocurrido "fue una cuestión puntual en un campo donde nunca ocurren situaciones de estas características". Es más, Carlos Arturo Sánchez llegó a militar en el equipo pontevedrés cuando todavía era un juvenil. "Muchos de los jugadores de la primera plantilla son amigos personales de él y evitaron que se encarara con el público, lo que indica que no existe ningún tipo de aversión hacia el joven", explican.