Coruxo y Pontevedra se salieron ayer del guión que siempre se le atribuye a un derbi. Goles, intensidad, momentos de buen fútbol y opiniones para todos los gustos cerraron un duelo que se saldó con un reparto de puntos que no contentó a nadie.

Sin embargo fue un derbi que dejó muchas lecturas, a cada cual más interesante. Luisito, técnico granate a pesar de que ayer jugaron de blanco por primera vez esta temporada, introdujo cambios en la medular tratando de no dejar jugar al Coruxo, y buscando recuperar el balón para organizar el ataque.

En la primera parte, el primer susto para la parroquia local llegó casi a la media hora, cuando Alberto Domínguez intenta recular ante un disparo de Mario Barco, cayéndose al suelo. Parecía un problema de rodilla, aunque posteriormente se comprobó que los problemas eran en el tobillo. A pesar del intenso dolor, y cojeando notablemente, el guardameta continuó sobre el césped esperando llegar al descanso para tomar una decisión.

La mejor jugada del Pontevedra en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego acabó en gol. Mucho mérito para un Pontevedra que casi no había inquietado a Alberto Domínguez. El Coruxo no bajó los brazos, y a dos minutos para el descanso Yosu dejó claros los problemas del cuadro granate en la zona defensiva. El lateral del Coruxo se internó por la banda para tratar de meter el balón, pero Bonilla toca lo justo el balón para que este pase entre Edu y el poste, toque en el segundo palo y entre.

La segunda parte comenzó con un Coruxo muy replegado dejándole la iniciativa al Pontevedra, que se dedicó a colgar balones. Parecía que los granates se habían adueñado del partido, pero daba la impresión de que los jugadores del Coruxo estaban protegiendo a Alberto Domínguez, que bajo palos se probaba para ver si podía seguir jugando. No tardaron los vigueses en recibir el beneplácito desde la portería para irse al ataque. Fueron los minutos de Quique Cubas, pues en el minuto sesenta y seis el delantero vigués se llevó el balón en la misma línea de fondo de portería y su disparo se estrelló en la cruceta. No conforme, llegaba tres minutos más tarde la jugada del partido. Cubas recibe un balón adelantado y en la frontal del área es derribado por los dos centrales del Pontevedra, que se quedan quietos esperando que el colegiado señale la falta. Sin embargo el árbitro dejó seguir el juego y el ex canterano granate, desde el suelo, golpeó el balón para anotar el 2-1.

La alegría le duró poco a los vigueses, pues una vez más el buen hacer de la delantera del Pontevedra permitió que Mario Barco igualara de nuevo el encuentro después de empalmar de primeras un buen centro de Álex González.

Rafa Sáez echó el resto con la entrada de Hugo Sanmartín y Camochu. Nadie se conformaba con el empate, pero el desgaste de un campo muy pesado pasó factura y los últimos minutos de juego pasaron sin pena ni gloria. Al final, reparto de puntos en un derbi provincial que no contentó a ninguno de los dos equipos y que se jugó en los últimos diez minutos con diez jugadores por bando por doble amarilla del granate Capi y el vigués Pibe.