Qué importante es para el Pontevedra tener un delantero tan efectivo como lo es el cedido por el Lugo. La de la tarde de ayer no fue la jornada en la que más veces entró en contacto con el balón Mario Barco, pero siempre que lo hizo aportó criterio y pasaron cosas buenas para su equipo. La dejada con David Añón en la jugada del primer tanto es medio gol y después se encargó de anotar el empate tras conectar un derechazo de auténtico killer tras el centro de Álex González. Ocho goles lleva ya este curso el ariete, que ayer acabó el encuentro sin ser amonestado y con una brecha en la cabeza fruto de su ansia de llegar a todos los balones.