El Xuventú Sanxenxo se ha vuelto a condenar por culpa de una expulsión. Al conjunto amarillo le está resultando imposible levantar cabeza de la mala racha que le acecha desde el pasado 18 de septiembre, hace exactamente ocho jornadas.

Moaña ha sido el escenario de su condena esta semana, un lugar que se planteaba como propicio para empezar a remontar el vuelo al tratarse de un recién ascendido y al que el entrenador Óscar García llegaba extra motivado por tratarse de un enfrentamiento contra el equipo de su casa. Los amarillos llegaban, eso sí, lastrados una semana más por las continuas lesiones y molestias que están cebándose con el plantel y por dos importantes bajas por sanción derivadas de las expulsiones sufridas hace dos semanas ante el Arenteiro.

García había advertido durante la semana a sus jugadores de la importancia de tener especial cuidado con no dejar en inferioridad al equipo ante la falta de efectivos sanos en el equipo y visiblemente enfadado por lo ocurrido en Baltar de Arriba en el anterior fin de semana, del que dijo que sus jugadores "habían empezado a perder el partido de Moaña" una semana antes de jugarlo.

Pero no fueron las bajas las que condenaron a su equipo sino una nueva expulsión, la que condujo al Xuventú a su quinta derrota consecutiva. Firi vio la segunda tarjeta amarilla en el minuto 70 y esos 20 minutos en inferioridad supusieron un nuevo varapalo a los de sanxenxinos con goleada incluida por tres goles a cero.