Traer hasta Poio a casi medio centenar de coches a disputar una prueba automovilística de montaña, cerrar y acordonar el circuito para la seguridad de pilotos y espectadores y conseguir todos los permisos para llevar a cabo la prueba. Eso es lo que en las últimas fechas ha llevado a cabo la escudería Buxa Motor Poio para que se pueda celebrara la popular Subida a Escusa un año más, y ya van 17.

Noemí Blas es la cabeza visible de todo este proceso de organización. Un problema con la entrega de la documentación hizo que la subida no se pudiese celebrar en septiembre, tal y como estaba programado en un principio pero pese a ese contratiempo el evento siguió adelante para que los próximos sábado y domingo los miles de aficionados al motor de Galicia puedan disfrutar de una de sus pruebas favoritas del año.

El coste de poner en marcha una prueba de estas características puede ascender hasta los 30.000 euros entre gastos de gestión, dietas, seguros y premios. Subvenciones y patrocinadores son los únicos métodos de financiación para poder llevar adelante la carrera.

Todavía sin que se diese por cerrado la lista de inscripción, la carrera espera tener un buen número de corredores, ya sea de los pertenecientes al circuito gallego de carreras de montaña como aquellos que se anotan simplemente a esta prueba. Si bien, el cambio de fechas puede hacer que el número de vehículos se vea un poco reducido con respecto al medio centenar que el año pasado estuvieron en la línea de salida en septiembre.

Lo que sí está garantizado es la presencia de público. "El año pasado hubo muchísima gente. En Galicia la afición es muy grande y tiene la ventaja con respecto a otros deportes de que todo el mundo puede disfrutar de él de forma gratuita", apunta Noemí Blas, quien calcula que el pasado año hubo más de 20.000 personas disfrutando del recorrido a lo largo de los dos días de carreras.

El principal reclamo en lo deportivo para presenciar esta última parada del calendario gallego de montaña es el poder ver al vigente campeón, el pontevedrés Alexis Viéitez, competir en la casa de su escudería, quienes hubiesen preferido coronar a su campeón en la prueba propia tal como hubiese ocurrido en el caso de haber podido celebrarse en septiembre.

Además el subcampeonato gallego también está en juego entre Jesús Pombo (Congistra Sanxenxo) y Martín Villar (Integral Motorsport).

Seguridad ante todo

Fundamental para disfrutar de los dos días de motor en Poio es la seguridad de pilotos y aficionados. Por eso la organizadora apela al "sentido común" de todos los presentes para evitar incidentes desagradables.

"Hay que ponerse en zonas altas, donde no se corra peligro, obedecer a las señales y cintas de prohibido el paso, todo lo demás es gratis. Hay que evitar ponerse en curvas cerradas, y en caso de hacerlo, estar a 26 metros del eje de la carretera", apunta Blas.

La organizadora asegura que "toda la carrera es bonita" e invita al público en general a acudir a la prueba con tiempo para localizar un buen punto desde el que presenciar la carrera sin riesgo ninguno. Cabe decir que en anteriores ediciones la Subida a Escusa a recibido el reconocimiento de las federaciones por sus medidas de seguridad.