"El equipo está en progresión. Veo al bloque más cohesionado y los jugadores están empezando a dar muestras de la calidad que tienen", aseguraba el pasado jueves Quique Domínguez en la rueda de prensa previa al partido contra el Amenabar Zarautz, que se disputa hoy a partir de las 19:30 horas en el Pabellón Municipal de la localidad vasca. El Teucro vuelve a rebosar optimismo. Tras un inicio complicado, parece que la plantilla ha comenzado a demostrar su verdadero potencial.

La visita de Copa a Zarautz fue el punto de inflexión. El 1 de octubre, el Teucro puso fin en el País Vasco a 16 meses sin ganar a domicilio. Ahora, el equipo pontevedrés vuelve a ese territorio en que el últimamente no obtiene más que alegrías (en 2015 dejó casi sentenciado el ascenso a Asobal) para confirmar su progresión.

Encuentros diferentes

Sin embargo, el encuentro de hoy "poco tendrá que ver con el de Copa". Eso fue lo que dejó bien claro Domínguez, que considera que Amenabar "ha mejorado mucho en estas últimas tres semanas". Para el pontevedrés, su rival "tiene jugadores sólidos y agresivos, pero también otros a los que les gusta correr. Muchas veces, por el estilo de algunos de sus hombres, transforman el partido en una especie de caos con mucho contragolpe y mucha locura en las transiciones".

El estilo de juego rápido no viene mal a un Teucro que también apuesta por el dinamismo como bandera de juego. Y Quique tiene claro que no buscará cambiar sus señas de identidad para frenar a su rival.

Edu Moledo y Saúl Campo no viajaron ayer con el equipo. Sí lo hicieron los canteranos Aarón y Altirriba. También el ya consolidado Román Pedreira, que asegura que el equipo todavía no piensa en el Cisne. "Primero hay que ganar al Amenabar", avisa el central. Las distracciones no se admiten.