El Pontevedra Club de Fútbol puso ayer el broche de oro a una semana de actos para celebrar los 75 años de vida de una entidad que ya es parte fundamental de la historia del deporte rey en España y que está llamado a revivir aquellos momentos de gloria. Pero el Pontevedra es sobre todo su afición, todos aquellos que han disfrutado con sus goles y que han llorado con las derrotas. Los que han vibrado con las gestas en primera y segunda división y los que han sostenido al equipo cuando batallaba en los campos de tercera. Un sentimiento, una pasión, un cariño que los aficionados expresaron de forma espontánea en el minuto 75 del encuentro de ayer ante el Lealtad cantándole al club de sus amores el cumpleaños feliz.

Fue un 16 de octubre, en 1941, cuando se concibió tan amada criatura. Ocurrió en el parque de Las Palmeras y hasta allí llevó el Pontevedra el primero de los actos programados ayer para celebrar el aniversario. La sesión "vermouth" organizada por el club fue sobre todo un acto de agradecimiento, como expresó la presidenta, Lupe Murillo, en su intervención. Agradecimiento a Fernando Ponce y a José Soto, representantes del Eiriña y del Alfonso que, en un acto que Murillo calificó como de "humildad", renunciaron a la cota de protagonismo que pudieran tener ambas directivas y equipos para apostar por un club más grande, que se acabó convirtiendo en el "más importante de esta ciudad", y que a día de hoy es ya en un equipo "histórico que alcanzó las mayores cotas de éxito en este país". "Un club que por suerte para los que estamos hoy y para los que vendrán, seguirá teniendo muchos años de vida", añadió la presidenta.

Fue un acto de agradecimiento a exjugadores, socios, aficionados, directivos y exdirectivos, a los medios de comunicación..., "sentíos todos muy orgullosos, al igual que yo, de lo que habéis hecho", les dijo Murillo. "Orgullosos de cada minuto jugado sobre el césped de Pasarón, de los dineros invertidos en vuestros carnés, orgullosos de esos directivos que han trabajado para este club", añadió.

Lupe Murillo insistió en que queda atrás una "semana fantástica" festejando el aniversario de una entidad "de la que hay que presumir" y volvió a insistir en que para todo el consejo de administración es un "honor y un orgullo" formar parte de este club.

Fiesta en Pasarón

Finalizado este homenaje, la Banda de Música de Salcedo acompañó a la comitiva por Las Palmeras tocando el himno del club hasta el Blanco y Negro. Ya por la tarde, las celebraciones se trasladaron al lugar en donde el corazón granate late, donde sufre y recibe sus mayores alegrías: Pasarón. El entorno del estadio era una fiesta en los instantes previos al partido con la música de charanga y los cánticos de los aficionados. El campo quedó lejos de llenarse pero registró la mejor entrada de la temporada y la hinchada arropó al equipo.

La Banda de Música de Salcedo dio una vuelta al campo entonando el himno del Pontevedra animando la grada. Los mismos compases recibieron en el terreno de juego a los jugadores granates y a los asturianos del Lealtad. El trío arbitral acompañó hasta el centro del campo a la leyenda del "hai que roelo", aquel equipo matagigantes que asombró a la Primera División a finales de la década de los 60. Cholo, Calleja y Celdrán se acercaron al círculo central y el primero realizó el saque de honor en representación de aquel mítico equipo y de todos los jugadores que llegaron a vestir la elástica granate durante estos tres cuartos de siglo de historia.

Después, en el descanso, continuó el homenaje a todos los jugadores que pasaron por este histórico club y contribuyeron a hacerlo más grande. El futuro del Pontevedra, que son los futbolistas que integran los equipos de la base, hicieron el pasillo a aquellos que ya forman parte de la historia granate y a quienes aspiran a emular sobre ese mismo césped de Pasarón. Historia viva del Pontevedra como los antes citados Cholo, Celdrán y Calleja; y a los que se sumaron Estévez, Pirelo, Guillermo, Churruca, José Emilio, Luis Rivas, Vázquez, Paco o Estévez quienes volvieron a recibir el merecido aplauso del público granate.

Los actuales jugadores del Pontevedra se sumaron al homenaje y tras el descanso llegaron los goles y la victoria que completó la velada. Una fiesta que, como cualquier buen cumpleaños que se precie, acabó con el público entonando la célebre canción de aniversario y con un regalo en forma de tres puntos. Un paso más en este largo y memorable camino del Pontevedra en sus 75 años de historia.