Severino Penelas fue regente de Casa Lores, una pensión de Pontevedra que cerró en los años 90. En parte, de su profesión hostelera le viene su pasión por el Pontevedra: "Estaba todo el día en el bar y el mayor ambiente se generaba con el fútbol. Si encima en aquellos años tienes un equipo en Primera...".

Casa Lores se convirtió en parada obligada para todo futbolero. Fue el lugar habitual de ocio para generaciones y generaciones de futbolistas del Pontevedra. "Allí se quedaron muchos jugadores y entrenadores. Yo los conocía a todos", explica Severino. Penelas cuenta que los sábados, Neme llegaba y él le preguntaba si iban a ganar, a lo que el único internacional del Pontevedra respondía: "¡Eso está hecho!".

Además, en Casa Lores tiene las mejores anécdotas. Penelas recuerda que un día llegó un aficionado por allí y le preguntó de qué equipo era. Él dijo que "solo del Pontevedra". Ni Barcelona, ni Madrid. La respuesta de su interlocutor fue: "¡Mire que es usted egoísta!".

Pese a regentar un negocio que no cerraba los domingos, Severino echaba la verja cuando el Pontevedra jugaba. "De cuatro a seis, ir al partido era sagrado", recuerda. Hablando de los años del "Hai que roelo", el socio número 5 explica que "el ambiente en Pasarón era increíble". "Un día jugábamos contra el Espanyol y para no llegar tarde, cogí un taxi. Lo que pasa es que había tanto atasco que tuve que bajar e ir andando", finaliza.