La semana de celebraciones del Pontevedra CF no podrá coronarse con un trofeo. El Arosa de Jorge Otero salió ayer como campeón de la fase autonómica de la Copa RFEF tras imponerse al Pontevedra gracias a un solitario gol de Julio Rey. La entrega del trofeo al capitán Pablo Rivas se convirtió en una exaltación del sentimiento arosista, cuya intensidad se vio multiplicada al tratarse del derbi por antonomasia para las huestes arlequinadas en una semana de celebraciones y actos en el Pontevedra por los 75 años de historia.

A los de Luisito, que ayer alineó un once plagado de jugadores menos habituales, tan sólo les queda el partido del próximo domingo ante el Lealtad para ponerle un broche de brillo deportivo a la semana más granate del calendario pontevedrés.

Parecía difícil apostar por un desenlace tal a tenor de lo sucedido en la primera parte. Y es que en cuanto a número de oportunidades, los granates merecieron un mejor resultado ante un rival que solo disparó una vez a portería en ese periodo. Sin embargo, el Arosa no le hacía ascos a mantener posesiones largas, pero le faltaba continuidad en campo ofensivo para mantener lejos de su portería al rival.

Mientras los de Jorge Otero se difuminaban entre tanta horizontalidad, el Pontevedra tenía en Álex González la verticalidad personificada. El extremo zurdo generó muchas situaciones de ventaja cada vez que entraba en acción. La primera clara del Pontevedra la tuvo Jacobo tras una pérdida de balón en zona de riesgo, pero su disparo se fue arriba. El asedio granate continuó con un intento lejano que se fue por poco de Álex Fernández y, a continuación, con una acción individual de Mateo Ferrer que remató al lateral de la red.

El Arosa encontraba oxígeno en las botas de Julio Rey. El centrocampista fue objeto de reiteradas faltas por su habilidad para retener el balón. Aún con ello era la defensa la línea que más trabajo estaba teniendo. En ella se agigantó la figura de Carlos Besada con una actuación prácticamente impecable ante todo un Segunda División.

Antes del descanso el Pontevedra dispondría de una oportunidad inmejorable. Álex González se plantó solo ante Pazos y el portero sacó una mano genial, pero el rechace cayó a botas de Miki cuyo remate fue salvado bajo palos por Rivas.

La catarsis llegaría en el primer minuto de la segunda parte. Portela ve como Julio Rey le roba la cartera y el vilagarciano se planta en el mano a mano ante Santi Canedo para batirlo con sutil maestría. Luisito tocó a rebato y ya no escondió sus deseos de ganar el partido. Incorporó a titulares en liga como Mario Barco, Abel o Kevin mientras que Jorge Otero reservaba a los suyos y daba entrada a un canterano tras otro.

El Pontevedra lo intentaba, pero el Arosa no le perdía el paso al partido. Otro duro revés para los granates fue la expulsión de Mario Barco quien vio la segunda amarilla a los diez minutos de saltar al terreno de juego. Pero en inferioridad tuvieron los granates la mejor ocasión del partido. Álex González desequilibró nuevamente por banda izquierda para servir un balón al área pequeña que Miki mandó arriba con el portero ya batido.

Julio Rey pudo hacer el 0-2 tras un muy buen pase de Carballa, pero esta vez el mano a mano se le fue arriba. Y el Arosa, con hasta siete canteranos sobre el césped, finalizó un partido que alimenta la ilusión de su gran afición.