Con la humildad que le ha caracterizado toda la temporada pasada, como si no hubiese pasado el tiempo y el grupo se conociese de mucho más tiempo, el Marín Ence Peixegalego se presentó en su debut en LEB Oro con la ilusión por bandera y un bloque que intercala la sobrada experiencia con el futuro de manera heterogénea.

Tres días después del primer triunfo el campanazo de la primera victoria todavía resuena en la villa marinense, no sólo por lo histórico del primer triunfo en la categoría sino también por cómo se produjo y ante el rival que se produjo; uno de los equipos que consiguió el ascenso en la pista el pasado curso.

El técnico Javi Llorente valora esta victoria como "demasiado buena" e invita a la afición a disfrutar de estos buenos momentos antes de que lleguen unos tramos difíciles que se vaticinan como probables ante la gran diferencia presupuestaria entre el Peixegalego y los grandes trasatlánticos de la categoría.

El equipo, que aun con todo contó con la ausencia más que notable de uno de sus hombres importante por dentro como es Jason Cain, supo plantar cara a la liga y al Melilla demostrando unas hechuras impropias a estas alturas del año para una plantilla prácticamente nueva al 80% y en la que sus dos valores en anotación fueron un rookie que debutaba en ligas europeas como Tim Derksen y un Andrés Miso que en su debut con la casa azul peixiña (no jugó ni la pretemporada al incorporarse a finales de septiembre) se fue hasta los 25 puntos y 7 asistencias para ser el guía del equipo sobre la pista en una primera jornada en la que Galicia casi consigue el pleno con las también victorias de Coruña y Breogán.