- Y ahora tiene 39 y otra plata. Cualquiera diría que empezó a ganar medallas a una edad tardía...

- Como anécdota, cuando acabamos ayer la competición se acercó a mí el campeón del mundo, Marton Kover, y me dijo: "eres el más viejo de todos"- y le dije"- "sí señor, el más viejo de todos" (ríe) ¿Edad tardía? Bueno, en larga distancia esa edad está bien, quizá debí haber empezado un poco antes, a partir de los 25, pero a partir de los 27 ya tienes una buena base de entrenamiento y unos ritmos acordes a la competición.

- Después de haber ganado tanto ¿cómo hace para renovar su motivación? ¿En qué la encuentra para seguir?

- Buena pregunta? No lo sé, porque somos dos y tenemos que estar ambos motivados y hay momentos malos a lo largo de los años. Es ese orgullo que tienen los deportistas para decirse "venga, va, lo intentamos y si lo intentamos es para tratar de ganar". Nos sentamos, lo hablamos y descubrimos que nos vemos con fuerza y decimos "venga, otro año más". Nos lo planteamos por primera vez en 2012 y desde entonces lo hacemos cada año. Al final, lo que nos motiva a seguir adelante es salir fuera y luchar por ganar una medalla. En el momento que veamos que eso no es factible, lo dejaremos.

- Los deportistas como usted, acostumbrados a ganar tanto, ¿cómo encajan una derrota? ¿Están preparados para perder?

- ¡Buf! Pues? nosotros tuvimos una época de dominio absoluto en España y desde hace tres años hay un barco que nos hace mucha sombra. Este año tuvimos un comienzo complicado, nos ganaron dos pruebas, nos ganaron con claridad, y? no te sienta bien (sonríe). Pero bueno, es deporte, es normal. Algún día esto se acaba y tienes que asumirlo.