Los organizadores consideran el próximo evento como "el año cero" del Campeonato Mundial de escondite, ya que será la primera edición que se concibe de manera diferente pues se celebra en los bosques de Consonno, que surge en las montañas de la provincia de Lecco, a unos 50 kilómetros de Milán y la primera con participantes internacionales.

Tras seis ediciones celebradas en la ciudad de Bérgamo, los organizadores decidieron aprovechar los sugestivos escenarios de Consonno para un evento que contará con más de 300 participantes, que llegan de Italia, Europa y hasta Estados Unidos.

El pueblo de Consonno fue inaugurado en 1968 por el conde italiano Mario Bagno, que lo ideó como algo parecido a "Las Vegas de Lombardía", un lugar de diversión realizado para alejarse de las preocupaciones diarias. Sin embargo, un hundimiento de tierra en 1976 provocó el abandono de la zona, que se convirtió en un auténtico pueblo fantasma, con edificios destinados al deterioro.

Por primera vez, el evento será internacional, al participar 5 equipos franceses, 2 suizos, uno belga e incluso un grupo estadounidense.

Los responsables del campeonato destacaron que el escondite se tiene que considerar un deporte, ya que requiere capacidades atléticas y rapidez, y que conlleva además un profundo "significado metafórico".

"El escondite, además de un deporte, tiene un significado metafórico. Es una invitación en salir a luz y mostrarse por lo que realmente se es. Tienes que esconderte, pero para ganar hace falta salir", declaró Giorgio Moratti, uno de los organizadores.

El campeonato, que es el único a nivel mundial, se basa en la convicción de que el escondite es un juego que se practica en todos los rincones del planeta y que tiene el poder de "unir a las personas", subrayó Moratti.

Según el reglamento, los 64 equipos participantes se dividen en cuatro grupos que serán los que se esconderán, mientras que el equipo estadounidense formado por jugadores de rugby y de fútbol americano serán los encargados de buscarles.

El evento se celebra en dos días, sábado y domingo, y el equipo que triunfará en la final se hará con la denominada "hoja de parra de oro", considerada el "emblema por excelencia del esconderse", subrayan los responsables.

El éxito de los campeonatos mundiales realizados en los años pasados, llevó además en 2014 el Comité Olímpico Japonés en considerar la opción de convertir el escondite en un deporte olímpico, aunque la propuesta terminó siendo rechazada.

"Si el escondite llegara a los Juegos Olímpicos sería el coronamiento de nuestras intenciones aunque lo que más queremos es que se reconozca como un auténtico deporte, este es el objetivo número uno", afirmó Giorgio Moratti.