- He leído algunas entrevistas suyas y parece usted un buen analista ¿Se atreve a analizar el quipo? ¿Le parece ilusionante?
- Había muchos jugadores que yo ya conocía, pero ha habido otros que me han sorprendido, quizás porque eran más jóvenes o no tenían tanto recorrido en Segunda B. Tanto los jugadores de más nombre y experiencia como los jóvenes están mostrando un nivel importante de intensidad y creo que en casa va a ser muy difícil ganarnos. El equipo es muy completo, está muy compensado, es muy difícil entrar en el once y en la convocatoria. El otro día, cuando salí del campo y vi el banquillo que había, dije "es que puede estar jugando cualquiera".
- Dicen de usted que es un hombre de carácter. El año pasado le sacaron 12 tarjetas amarillas y empezó esta temporada cumpliendo una sanción ¿Teme que esa pasión sobre el césped le pueda jugar malas pasadas?
- La sanción del año pasado ha sido la única expulsión de mi carrera. El resto han sido tarjetas amarillas, porque soy un jugador que mete la pierna y que va fuerte. Es algo que es imposible cambiar, la forma de los árbitros de medir las faltas es así y a los delanteros siempre se nos mira con lupa. Una falta del mismo nivel a nosotros nos la pitan y a los centrales no. Pero yo no voy a cambiar, voy a seguir siendo el mismo y meter la pierna, porque creo que es importante para el equipo tener un jugador de carácter que contagie un espíritu ganador, con garra. Aunque luego no salgan bien las cosas, por lo menos pelear y no ponerle las cosas fáciles a los defensas, porque son ellos los que van a salir a tocarte los huevos a ti y yo no voy a ser menos (sonríe). Es una batalla psicológica en el campo.
