El Pontevedra abre este domingo la temporada en casa ante la ilusión de un debutante como el Mutilvera, que afrontará este fin de semana su histórica primera salida de tierras navarras para disputar un partido oficial de liga luego de completar el ascenso a Segunda B la campaña pasada por primera vez desde su fundación en 1968.

El rival de los granates es un bloque fuerte y consolidado que mantiene la estructura que le permitió cantar el alirón este verano y al que han sumado pocas piezas de refuerzo, en su mayoría procedentes de la Tercera División navarra. Tan sólo Boñi (Izarra) y Monreal (Peña Sport) formaron parte la pasada campaña de la división de bronce del fútbol español ya que los 220.000 euros con los que cuenta de presupuesto apenas les dejó espacio de maniobra para sumar a sus filas a hombres contrastados y con nombre en la categoría.

Su primera estancia en la Segunda B es toda una sorpresa para el pueblo de Mutilva, en el valle de Aranguren, una localidad de algo menos de 8.500 habitantes que cabrían ampliamente en el estadio Municipal de Pasarón para ver el partido. Quince campañas en Tercera División de Navarra eran hasta hace poco el máximo logro deportivo de un club que este verano se convirtió en la gran sorpresa del play off de ascenso a la liga de bronce tras meterse en la fase como cuartos de su liga y dejar por el camino a rivales de tradición en la categoría como la Gimnástica de Torrelavega, el Zamora o el Conquense.

A día de hoy los hombres de Unai Jáuregui son un equipo más de una liga a la que poco a poco deberán ir acostumbrándose pero en la que ya pueden presumir de haber entrado con buen pie. En la primera jornada el Mutilvera fue quien de arrancar un punto de la visita que el Celta B les realizó para iniciar la competición. Un único punto que a los de Navarra les supo a gloria pues fue conquistado con un gol en el último suspiro de la segunda parte, cuando Eztieder consiguió en el tiempo añadido subir el empate a uno en el marcador ante las protestas celestes, quienes reclamaron fuera de juego del atacante.

El Mutilvera es un equipo correoso, con ADN de jugadores de la zona y que, sobre todo en su estadio, prometen ser un rival difícil de batir tal y como el año pasado lo fueron los recién ascendidos navarros como el Izarra o incluso el colista Peña Sport de Tafalla. Su inexperiencia en la categoría junto a la del Palencia les hacen partir en un principio como las "cenicientas" del grupo, si bien los granates harían mal en confiarse ante un rival que ya sorprendió al Celta B tras no arrugarse lo más mínimo al verse por detrás en el marcador y que parten en esta liga sin nada que perder y con la ilusión de un debutante que no juega por objetivos más ambiciosos que los de dar la talla y tratar de consolidar su plaza en Segunda B en su primer año.