Nueva victoria del Celta, cuarta en la pretemporada y segunda de su gira italiana, tras el triunfo sobre la Fiorentina (0-1) y la suspensión del partido contra el Pisa. El cuadro celeste se tomó su cita con el Pescara como otro entrenamiento de su apretada agenda. El equipo empezó y acabó con alineaciones completamente diferentes, salvo Sergio Álvarez.El juego celeste careció de ritmo, coordinación en la presión y precisión en el último tercio de la cancha. La calidad le bastó para doblegar con dos manotazos a un animoso Pescara, que le obligó a ponerse serio en los últimos minutos.

Mallo, Cabral, Costas, Planas, Marcelo, Pape, Orellana, Drazic, Guidetti y Naranjo salieron de inicio. Con Marcelo como ineludible referencia y Pape descolgado, más cerca de Orellana. El balón circuló morosamente sobre el irregular césped del Teofilo Patino. El Celta hizo sangre en las contadas ocasiones en que alargó suficiente su posesión. En la más atinada el balón llegó a Mallo y Naranjo cabeceó a bocajarro su centro. El onubense exhibió así una de sus grandes cualidades en su primer gol como celeste: llegar a la zona de remate del "nueve" partiendo desde la banda izquierda. El portero que recogió el balón de las mallas era Albano Bizzarri, ex de Real Madrid, Valladolid o Nástic, en divesas escuadras italianas desde 2007 y todavía en activo camino de los 39 años.

El Pescara se desempeñó con mayor energía que su rival y aprovechó algunas vacilaciones defensivas para tantear a Sergio. El catoirense mostró su versión más ágil bajo palos, especialmente en un mano a mano con Benali y al cazar un disparo a la cruceta de Memushaij.

Berizzo había iniciado las sustituciones a la media hora, dando entrada a Brais Méndez por Pape. Tras el descanso entraron Señé, Wass y Sergi Gómez; en el minuto 60, Bongonda, Iago Aspas, Jonny, Roncaglia, Lemos y el esperado Pione Sisto. El Pescara, aunque menos atrevido que en el primer periodo, aprovechó la confusión de las alteraciones para empatar en un contragolpe bien culminado por Manaj.

Al Celta, aunque se había tomado con cierta ligereza estival el partido, le dolió la igualada. Berizzo había concentrado sobre la cancha a varios de sus hombres más energéticos. El equipo, aunque sin excesiva continuidad, adquirió verticalidad y logró hilar algunas acometidas. Bongonda empujó al Pescara hacia su propia área desde la banda izquierda y Pione Sisto buscó su primer gol como celeste irrumpiendo en el centro desde la derecha. Pero decidir el triunfo le correspondió a Iago Aspas, que impuso su jerarquía. Un quiebro de sus caderas convirtió una circulación insulsa hacia la izquierda en una trayectoria cortante hacia el corazón del área. Iago la inició y Iago, algún rebote afortunado mediante, la culminó.

No hubo tiempo para más. Los jugadores célticos, que se habían entrenado por la mañana, se afanaron en dormir el partido y garantizarse un final tranquilo. Les contenta acumular minutos, rutinas, innovaciones y las buenas sensaciones que siempre deja la victoria. El Trofeo Tim 2016 es su próximo compromiso, el miércoles: un triangular ante Milan y Sassuolo, en formato de partidos de 45 minutos, que nunca antes había disputado un conjunto de fuera de Italia.