Con la confirmación de que el Izarra formará finalmente parte de la liga tras consultarlo a sus socios en Pasarón ya tienen la certeza del cómo será el grupo en el que militarán la próxima campaña. El Pontevedra no ha salido muy perjudicado en la configuración de los grupos que el próximo viernes será ratificada por la Federación Española de fútbol. Los cambios con respecto al año pasado son poco considerables y las distancias globales a recorrer, prácticamente las mismas.
Los granates deberán hacer un viaje más a Navarra con respecto al curso pasado, si bien es cierto que también se evitan desplazarse a La Rioja por lo que las distancias son prácticamente parejas. Por otro lado el hecho de eludir el desplazamiento a Extremadura también hace que el número de viajes largos se reduzca un poco y en total la expedición pontevedresa recorrerá alrededor de 60 kilómetros en cómputo global de todos los desplazamientos, sin contar el retorno a casa tras el encuentro.
Las distancias de los campos también obligarán al club a pernoctar en la mayoría de los desplazamientos siendo más que probable que se vean obligados a hacerlo en 14 de ellos si contamos el más cercano lejos de Galicia como el de Ponferrada. Así solo podrán realizar el viaje de ida y vuelta en el día en los encuentros de Vigo, Coruxo, Boiro, Ferrol y As Somozas. El ascenso de los boirenses es también una buena noticia para el Pontevedra, ya no solo por sumar un mayor número de efectivos de Galicia en el grupo sino también para contrarrestar la baja en la categoría del Compostela y por lo tanto su más que cómodo desplazamiento.
El viaje más largo de todos los que deberán realizar los hombres de Luisito será el que les lleve a Tudela (790 kilómetros), un trayecto ya conocido y que se encuentra prácticamente a la par de los de Mutilva y el Tajonar para medirse a los recién ascendidos Mutilvera y Osasuna B, respectivamente.
El conformismo con esta subdivisión geográfica de los 80 equipos que ponen la liga es total en el seno del club pontevedrés ya que esta distribución fue la defendida por el club y la propuesta al representante de Galicia que acudió a la comisión de Segunda B. Desde la ciudad del Lérez se valoró la otra alternativa manejada como peor para los intereses del club ya que incluía a los equipos de la zona de Extremadura, rivales a priori más complejos y que en algún caso como el del Mérida cuenta con un presupuesto muy elevado.
Lo que no variará es el potencial y complejidad de la liga ya que la ostensible baja del Logroñés (que el próximo año jugará en el grupo II contra vascos y madrileños) será ocupada por un rival más poderoso en lo deportivo y lo económico como la Ponferradina, máximo candidato al liderato junto con el Rácing de Santander. A estos dos clubes hay que unirle el siempre peligroso Rácing de Ferrol y la terna de conjuntos leoneses formada por Cultural, Burgos y Guijuelo que en los últimos años siempre han acabado en la parte alta de la clasificación y cuentan con presupuestos muy a tener en cuenta para permitirles luchar por los puestos de play off de ascenso.
