"A nivel personal fue una alegría enorme después de haber estado tantos años intentándolo sin lograrlo. Después del palo de la primera eliminatoria se vio que la plantilla estaba muy fuerte y las ganas que tenía toda la gente de ascender quedaron claras. Durante ese mes de eliminatorias vivimos un estrés que ahora hablándolo después de un año lo recordamos como algo muy duro. Con el tiempo por suerte podemos estar más tranquilos y ya se vio este año la temporada que hemos hecho en Segunda B, el equipo ahora mismo está donde como mínimo se merece estar".