El próximo obstáculo en esta yincana que el Pontevedra tiene por delante para tratar de dar caza a los equipos en cabeza de la clasificación es un auténtico muro defensivo.
El Izarra es el equipo del grupo que menos goles recibe en su estadio y uno de los que menos lo han hecho también de todas las categorías españolas. El equipo navarro tan solo ha encajado tres goles en lo que llevan disputado de temporada en el estadio de Merkatondoa.
Unos goles, eso sí, que han valido su peso en oro pues los tres equipos que han conseguido anotar en Estella se han vuelto a casa con puntos en su zurrón. Los tres de la victoria en el caso de Somozas y Celta B, este último en el último partido en casa del próximo rival del Pontevedra, y el único del empate en el del Lealtad de Villaviciosa. No obstante otros rivales como Tudelano, Logroñés o Rácing de Ferrol se han vuelto de allí sin haber conseguido nada.
Conseguir anotar debe ser por lo tanto una de las principales preocupaciones de un Pontevedra al que en esta segunda vuelta le está costando más de lo habitual hacer goles y que solo en una ocasión de los diez encuentros que se han disputado de la segunda parte de la temporada, ha conseguido superar al portero rival en más de una oportunidad.
No obstante, los granates han recuperado en la faceta goleadora a su pichichi particular, un Borjas Martín que hasta romper el gafe de cara a puerta con el penalti que le dio la victoria el pasado jueves, acumulaba once partidos de sequía y que ya fue capaz de batir en el partido de la primera vuelta, también desde los 11 metros, en la victoria por 3-1 de los de Luisito en Pasarón.
En la otra cara de la moneda para el próximo rival del Pontevedra está también su escaso bagaje en la otra portería. Pues el Izarra es también uno de los equipos que menos dianas es capaz de realizar como local con 14 tantos a su favor, un número que solo empeora el Cacereño. Pese a todo, el equipo que entrena Sergio Amatriain ha sabido amortizar sus cifras goleadoras consiguiendo la victoria en ocho de quince ocasiones, ya que a excepción del empate a uno ante el Lealtad, han ganado en todas las ocasiones en las que han visto puerta.
Lo más curioso del Izarra es que, pese a que sus cifras son mejores cada vez que salen de Estella, su defensa también se muestra más endeble y con 28 goles encajados son de los peores visitantes del Grupo I de Segunda División B.
La última visita del Pontevedra al estadio navarro fue en la temporada 2009-2010. Por aquel entonces los granates, entrenados por Pablo Alfaro, apuraban sus últimas opciones para dar caza al Alavés en su lucha por disputar la fase de ascenso. El equipo lerezano salió de Merkatondoa con un 1-2 favorable a sus intereses gracias a los tantos de Igor de Souza y Charles. De aquella plantilla que disputó el último play off de ascenso a Segunda División ya no queda nadie en las filas pontevedresas.
No sucede así en el Izarra, que ese año descendió a Tercera División pero que mantiene aún en sus filas a uno de los integrantes de la plantilla de aquella campaña. Se trata del centrocampista Bruno Araiz, titular hace seis temporadas y que apunta también a realizar el mismo papel el próximo domingo.
