El Frigoríficos del Morrazo cayó ante el Teucro Ence en el último amistoso de ambos equipos antes que que el próximo fin de semana se retome la competición en la Liga Asobal. El conjunto cangués fue capaz de remontar una desventaja que llegó a ser de hasta seis goles y entró en la recta final del partido por delante (33-31), pero ahí se mostró bastante precipitado y permitió que los visitantes, que dominaron durante la mayor parte del tiempo, diesen la vuelta al electrónico y acabasen llevándose la victoria

La entrada al choque no pudo ser peor para los de O Morrazo, que encajaron un doloroso parcial de 1-7 en apenas siete minutos, obligando a Víctor García, "Pillo", a solicitar su primer tiempo muerto. Los errores en ataque -tres pérdidas de balón y cuatro lanzamientos, entre ellos uno de siete metros- fueron una causa más que clara para que el Teucro impusiese su velocidad.

El Cangas trató de ir recortando distancias y su ataque mejoró, pero cada acción del Teucro acababa en gol y las diferencias se mantenían en los seis goles (9-15, minuto 21). Tan solo una reacción postrera, permitió a los locales recortar distancias y llegar vivos al paso por vestuarios (16-19).

Los de Pillo comenzaron la reanudación poniéndose a un solo tanto (18-19, minuto 34) y marcando un nuevo partido. El Teucro, con un gran Balenciaga al mando de las operaciones se negaba a ceder y los locales tan solo llegaban a un empate efímero (22-22, minuto 39). El nerviosismo atenazaba al Cangas cuando estaba cerca de su rival, que movía sus diferencias entre uno y dos goles. Pero los locales optaron entonces a buscar a su segunda línea y llegó una nueva igualada (27-27, minuto 48 con tiempo muerto de Quique Domínguez).

Moisés, brillante en el segundo tiempo, puso el 28-27 y entonces le tocó al Teucro hacer la goma. Dos acciones de Edu Salazar -que salió en los últimos 20 minutos- permitieron al Frigoríficos ponerse con 33-31 y Adrián estrellaba un balón claro en la madera que hubiese supuesto el 34-31. El rechace fue para Iván Fernández, que no erró al contragolpe, como tampoco lo hicieron Carró y Balenciaga en las dos pérdidas posteriores del Cangas (33-34). Adrián se encontró de nuevo con la madera e Iván Fernández sentenció el 33-35, que Moisés solo pudo maquillar sobre la bocina.