El Blusens Networks retoma la competición con las buenas sensaciones que ofreció antes del parón. El XV del Olivo ha cogido ritmo. Hay jugadores acercándose a su plenitud. Otros regresan tras prolongadas ausencias. Las circunstancias se conjugan para que la escuadra pueda instalarse definitivamente en la zona cómoda de la clasificación en una campaña incluida por la directiva en una etapa de transición.

El Blusens, primer equipo gallego que ha militado en División de Honor, perdió su plaza en la máxima categoría el pasado mes de mayo, tras cuatro campañas. La directiva ha reformulado su proyecto. Consciente de haber vivido momentos mágicos, no se obsesiona con repetirlos de forma inmediata. El club limpia lastre económico, acentúa su apuesta por la cantera y se resitúa en Honor B. La permanencia es la única obligación competitiva. Ascender dependerá de que el trabajo en las categorías inferiores vaya cuajando en los próximos años. Con la continuidad de Norm Maxwell se garantiza una idea, un estilo.

El primer tramo de la temporada, sin embargo, ofreció momentos de duda. El Blusens, tras puntuar en los tres primeros partidos (dos victorias en casa y bonus defensivo en San Sebastián), se quedó seco después durante los seis siguientes. La plantilla, corta, está muy expuesta a lesiones, obligaciones laborales y otros contratiempos. Maxwell no conseguía reunir suficientes efectivos para organizar entrenamientos de calidad y el equipo transitó por las honduras de la tabla.

La reaparición de varias piezas ha permitido al grupo retomar una buena dinámica de juego. Las contundentes victorias sobre Oviedo (45-22) y Durango (39-5) alentaron el optimismo justo antes del parón. El Blusens ha ascendido a la octava posición y se distancia en siete puntos (22 a 15) del undécimo, El Salvador B, que cierra el descenso. El filial vallisoletano, próximo rival, ejercerá de anfitrión este sábado (16.30). Y es precisamente contra el que queda pendiente un partido en As Lagoas, aplazado en su día por el retraso con los seguros deportivos.

"Creo que lo peor ha pasado, aunque nunca se sabe. Este equipo es ciclotímico", advierte el presidente, Ramón González-Babé, el primero en fijar una política de expectativas serenas. "Por calidad, podíamos estar entre los cuatro primeros. Con el lastre de la primera vuelta, quedar sextos o séptimos estaría bien". En esta segunda vuelta se espera la incorporación de Harry o Mauro. Pepe Calvo, superada su lesión de rodilla, empieza a sumar.

El XV del Olivo piensa en el futuro a la vez que controla cada paso presente. Veteranos como el capitán Tito o Maka Tatafu constituyen el sostén. Pero con protagonismo creciente de los jóvenes. Muñiz ha explotado en la delantera. Uru, ya sea como zaguero o apertura, desequilibra. Abadía, aunque ejerza de centro por necesidad siendo flanker por inclinación, es un gran valor igual que Santi Gutiérrez y Caride.

Mucho depende de la continuidad que cada uno aplique o las circunstancias le permitan. Lo propio del amateurismo. Sucede con Maguna, un jugador genial, diferente, pero con muchas interrupciones en su trayectoria.

La directiva aguarda el día en que a las generaciones que conforman el grupo actual se una la prometedora camada sub 16. Simón, Luis Martínez o Carrera son nombres que ya se pronuncian con ilusión. Es a todos ellos, y a quienes les sigan, a quienes corresponderá explorar el camino de regreso a la máxima categoría.