Año 1967, el Pontevedra afrontaba la decimotercera jornada de su tercera temporada consecutiva en la máxima categoría del fútbol español. El "Hai que roelo" era ya un grito generalizado en España con toda la ciudad volcada con su equipo y la ilusión del fútbol humilde a flor de piel.
El Pontevedra era además por aquellos años el único representante de Galicia en la máxima categoría, por lo que toda la atención de los aficionados gallegos al deporte rey se centraba a orillas del Lérez.
En esa tesitura, tal día como mañana, un 17 de diciembre, visitaba Pasarón el Real Madrid de los "yeyé", un equipo encabezado por el gallego Amancio y el veterano Gento que dirigía el a la postre seleccionador nacional Miguel Muñoz.
La presencia del exjugador del Real Madrid, el argentino Héctor Rial, en el banquillo granate hacía del encuentro un ingrediente a mayores para dar sabor a un encuentro ya de por si apetitoso.
El choque arrancó ya de la mejor manera posible. Los pontevedreses se pusieron muy pronto por delante en el marcador merced a un tanto de Roldán al aprovecharse del pase de Fuertes desde el carril diestro.
Por delante en el marcador y con una público de Pasarón enfervorecido, el cuadro granate trató de controlar el resto del encuentro, buscando una oportunidad a la contra que sentenciase el encuentro. Esta oportunidad le llegó a los locales a falta de 13 minutos para el final de la contienda. Antonio consiguió en un rápido contragolpe el segundo tanto que ponía las cosas muy cuesta arriba a los merengues.
El delirio de la grada se transformó diez minutos después en auténtica locura cuando Odriozola, con un potente disparo desde la frontal del área puso la machada con el tercer y definitivo tanto, un 3-0 que forma parte las páginas doradas de la historia del club 48 años después.
No fue la primera vez que el equipo madridista tropezaba en tierras lerezanas, pero sí con semejante contundencia. Dos años antes el gran Di Estéfano había comprobado en propias carnes lo difícil que era salir con algo positivo de Pasarón y allí perdió por un gol a cero.
Aquella temporada, la que todo el mundo recuerda como "la del 3-0 al Madrid" el Pontevedra finalizó la competición en la octava posición e iniciaba un lento proceso de declive que desembocó dos años después en el descenso a Segunda, con una plantilla ya vieja y desgastada.
Esta hazaña es, junto al liderato en solitario dos temporadas antes, la máxima hazaña del Pontevedra CF en Primera División sus casi 75 años de historia.
La alineación granate en este duelo fue la formada por Cobo en portería, con Calleja, Cholo, Batalla e Irulegui en defensa, Antonio y Martín esperanza en el doble pivote y arriba Odriozola, Neme, Roldán y Fuertes. Por parte de los campeones de Europa del Real Madrid la alineación era: Junquera; Zoco, Sanchís, Zunzunegui, Calpe; Velázquez, Pirri; Serena, Gento, Grosso y Amancio.
