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Pasarón sabe agradecer el esfuerzo granate

El público volvió a despedir a su equipo con aplausos pese a la derrota por la mínima ante el UD Logroñés - Es el tercer partido que el Pontevedra pierde en casa desde que Luisito se hizo cargo del banquillo

Aficionados granates animan a su equipo esta temporada en Pasarón. // G. Santos

El Pontevedra murió el sábado pasado con las botas puestas después de un encuentro en el que los granates merecieron mucho más y sucumbieron en el único error que tuvieron en todo el choque ante un rival experto en sacar el mayor de los rendimientos de estas situaciones.

Es el segundo partido que los lerezanos pierden en casa esta temporada después de seis jornadas frente a su parroquia y el tercero en la era Luisito desde que llegó la temporada pasada para coger las riendas del club.

Al igual que pasó en la primera jornada de liga cuando se perdió por la mínima ante el Guijuelo, los aficionados pontevedreses despidieron a su equipo con aplausos, conformes con lo que habían visto y conscientes de que los jugadores lo habían dado todo para conseguir la victoria. El fútbol que el equipo practica en casa comulga de buena manera con una afición históricamente exigente y son muy escasas las protestas o pitadas que el equipo se ha llevado desde que el entrenador de Teo está en el banquillo, pues la entrega y el desgaste físico que el técnico le imprime a sus jugadores casa van como anillo al dedo con la filosofía y las exigencias de los aficionados más incondicionales del conjunto granate.

La parroquia local está acostumbrada en los últimos años a solo sufrir llegado el momento de la post temporada, cuando el equipo se juega en un play off el salto de categoría. En las últimas diez campañas los granates han disputado el play off, ya sea para subir a Segunda o a Segunda B, en siete ocasiones, por lo que los seguidores que partido tras partido pueblan las gradas del estadio lerezano han tenido este año que reeducar sus exigencias para adaptarse a un objetivo más modesto como la permanencia, una palabra que nunca antes en los últimos años se había escuchado al inicio de la temporada. Ni siquiera aquel fatídico curso 2010-2011 cuando los granates descendieron a Tercera División, pues el objetivo de aquella temporada no era otro que el de volver a tratar de jugar los partidos por el ascenso después de que el Alcorcón apeara al equipo que por aquel entonces entrenaba Pablo Alfaro de su enésimo intento.

La derrota ante el Logroñés, aunque injusta, sirve para recordar a equipo y afición lo dura que va a ser esta campaña y volver a poner los pies en el suelo a toda la parroquia granate, que quizás con la posibilidad de asaltar los cuatro primeros puestos empezó a dar rienda a unas ilusiones y esperanzas que están lejos de las exigencias que ahora mismo se puede permitir este Pontevedra que, por presupuesto, no puede competir de momento con los grandes del grupo.

Lo que está por venir

A falta de ocho jornadas para que finalice la primera vuelta, los granates ya se han quitado de encima los enfrentamientos contra los equipos más fuertes del grupo y aspirantes a los cuatro primeros puestos después del choque de este sábado.

De sus próximos rivales solo un histórico de la división de bronce como la Cultural Leonesa ocupa en estos momentos una posición más alta en la clasificación que el Pontevedra.

A partir de ahí los granates tienen una serie de encuentros que serán clave a la hora de poner tierra de por medio con las posiciones bajas de la tabla y empezar a encarrilar el objetivo impuesto al inicio de campaña. Los tres filiales (Valladolid, Sporting y Celta) junto a Burgos, Izarra, Somozas y Peña Sport de Tafalla serán los duelos directos ante rivales "de la liga" de los de Luisito, empezando el próximo domingo, a las 16.45 horas, con la visita a Tafalla para medirse a un rival en puesto de descenso directo.

Los granates son ahora mismo octavos en la clasificación con 16 puntos, cuatro por encima de los puestos de descenso y a tres de los lugares de privilegio. Esta clasificación hace que el equipo de la ciudad del Lérez sea en estos momentos el mejor recién ascendido del grupo I de Segunda División B, por delante de la Arandina, rival al que consiguieron ganar hace dos jornadas en su estadio, o Peña Sport e Izarra, que serán precisamente los dos próximos adversarios del cuadro pontevedrés.

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