El Teucro sigue sin poder ganar fuera de casa y ayer cayó ante el Villa de Aranda en el Príncipe de Asturias en un partido igualado que se decidió en la segunda mitad.

El conjunto ribereño, sin duda la gran revelación de la temporada, regresaba a su pista para recibir a otra de las sorpresas de la Asobal, un Teucro que tras volver a la máxima categoría está mostrando un buen nivel.

En ese escenario, fue el conjunto pontevedrés el encargado de poner el ritmo en los primeros compases, aprovechando su mayor acierto defensivo y, sobre todo, el gran partido de Amérigo bajo palos. Gracias a la seguridad del veterano cancerbero, el Teucro se llevó los primeros parciales con ventajas de uno y dos goles.

Sin embargo, el Villa de Aranda se repondría rápido del gran inicio de los gallegos, gracias, en gran parte al concurso de Javi Muñoz, Oswaldo y Moyano, principales referencias ofensivas del equipo.

Su presencia permitió a los locales igualar el choque mediada la primera parte (7-7), momento en el que Cuétara apostó por una mixta sobre Balenciaga. Esa defensa bloqueó totalmente la capacidad ofensiva de los pontevedreses, que en los últimos compases se vieron superados por el juego ribereño. Sólo las paradas de Amérigo permitieron mantener igualado el choque antes del descanso (15-14).

Tras el paso por vestuarios, el guión del partido cambió poco. La igualdad era la tónica dominante y aunque era el Villa de Aranda el que dominaba, las diferencias se movían en horquillas muy reducidas.

Eso sí, a medida que pasaban los minutos, el partido comenzó a volverse loco, con constantes errores por parte de ambos y golpes y contragolpes, un escenario que aprovechó el conjunto burgalés para empezar a abrir huevo (18-15).

Un bajón físico de los de Cuétara permitió al Teucro volver a acercarse (25-24) mediada la segunda parte, pero la mejoría fue apenas una ilusión. Y es que, otra defensa mixta sobre Balenciaga terminó de desnivelar el choque. Con la capacidad ofensiva de los gallegos anulada, el Villa de Aranda echó mano del repertorio de Muñoz, Oswaldo y Moyano, que mataron el partido en los minutos finales.