El Gironella dio la sorpresa al tumbar al invicto Poio Pescamar en casa tras un encuentro en el que el mayor pecado de las rojillas fue no ser capaces de encontrar la definición que su rival si tuvo. El equipo conservero fue superior a su oponente durante la primera mitad llegando a estrellar hasta dos balones en el palo antes del descanso si bien el equipo catalán sí encontró cómo hacer daño y bien parapetado atrás buscaba el momento de desplegar su juego directo para ponerse por delante, una jugada que les salió a la perfección pues al descanso se fueron con dos goles a favor.

El primer gol fue obra de Elena a la salida de una falta desde seis metros propiciada por una pérdida de balón local. El buen trabajo atrás de las catalanas siguió dando sus frutos minutos después en forma del segundo gol a la contra en un balón largo de Noe a Berta Velasco para que la jugadora se plantase sola ante Irene.

Tras la reanudación las de casa trataron de imprimirle más intensidad a su juego, aunque sin acierto de cara a puerta y el Gironella se aprovechó de ello para sentenciar el choque con el tercer y definitivo tanto, obra de Julia.

Ya a la desesperada las de Jorge Basanta trataron al menos de maquillar el resultado pero no fueron capaces de romper el entramado defensivo rival e incluso pudieron recibir un castigo mayor.