Partido loco y sin ambages el disputado en el Estadio municipal El Montecillo entre una Arandina que no supo blindar su portería y un Pontevedra que fue de más a menos. Los ribereños pagaron cara su indolencia rentabilizando los de Luisito la práctica totalidad de sus aproximaciones al área rival. El Pontevedra solo fue superior a los puntos en el primer tiempo y tras quedarse con diez el conjunto local en la segunda mitad.

Se esperaba un partido entretenido en el feudo ribereño y no defraudó. El choque entre dos conjuntos que venían con sendas trayectorias positivas terminó por resultar de entretenimiento máximo y con una racha de goles, que no dejó a las claras otra cosa sino que el verdadero peligro en este Grupo, lleva el nombre de "estrategia". Y es que hasta cuatro de los cinco goles que se dibujaron en el Estadio municipal de El Montecillo llevaron la firma de acciones a balón parado.

Salió más enchufado el cuadro de Luisito que abordó por dentro el intentar hacer daño a una Arandina en la que debutaba su cancerbero Diego Gonzalo. Jandrín demostró pronto el por qué de la recuperación gallega y apenas transcurridos tres minutos, se internaba en el área y cruzaba en exceso en una ocasión en la que los pontevedreses llegaban a costas locales con tres hombres en igualdad de condiciones.

Los ataques granates se sucedían y el ritmo vibrante hacía presagiar que el primero en ver puerta no podía ser otro que el conjunto visitante. Así sería. De hecho apenas se había llegado al minuto 25 de partido, cuando un balón de falta botado al segundo palo, era aprovechado por Borjas ante el amago de salida del cancerbero rival para cruzar de testa e inaugurar el luminoso. Cero a uno y nuevamente la Arandina que volvía por sus fueros al tener que remar a contracorriente.

Estable el devenir del "verde", los de Luisito seguirían hostigando la meta rival. Primero en obra y gracia de Mouriño que de saque de falta enviaría alto. Después al hacerse dueña la escuadra de Luisito de cuantos rechaces y segundas acciones se sucedieron en el primer acto. Tanto, que en el alargue (más de lo previsto en realidad por el colegiado madrileño Gálvez Rascón), el propio Borjas, autor del primero, obtendría el premio de la diana a balón parado en un esférico que entraba al primer palo y establecía el cero a dos al paso por vestuarios.

Reaccionaría la Arandina tras las duchas. Apenas se llevaban dos minutos de la segunda mitad, un guante de Gonzalo al corazón del área gallega, iba a ser rematado por Pajarero para acortar diferencias. Con el gol además llegaba el resurgir de los de Bermúdez que por empuje merecerían la consecución del segundo y consecuente igualada.

Pero el Pontevedra no saldría a especular ni a convertirse en mero espectador de los acontecimientos y con una acción de contra perfecta, el propio Jandrín disparaba a las manos de Diego desaprovechando la oportunidad de sentenciar el choque.

También los blanquiazules harían méritos tras el susto del asturiano. Con Javilillo desatado al cambio de banda, su centro apurando línea de cal lo evitaba en gol Edu tras una doble intervención que salvaba a los suyos ante Pau y Carlos Portero en apenas un parpadeo.

Estaba mejor la Arandina, pero no así su lateral Borja Plaza que veía el camino de salida antes de tiempo. El vallisoletano contemplaba su segunda amarilla en una aproximación de los encarnados y los de Bermúdez que se quedaban con diez para lo que quedaba de encuentro. A mayores, Mauri evitaba el 1-3 pontevedrés bajo palos a disparo de un grandilocuente Borjas.

Tendría premio el arrojo de los de la Ribera del Duero. En inferioridad el técnico vasco movía el banquillo y la inserción de Adeva resultaba providencial para sus intereses. Nuevo saque de esquina local y enésimo balón de Gonzalo que el de Talavera remachaba de cabeza para establecer la igualada.

La épica revestiría el encuentro a raíz del tanto. Y es que primero a disparo de Pau Franch, (que obligaba a Edu a lucirse para desbaratar el tanto del levantino) y después con Javilillo roto, la Arandina seguía acumulando opciones y méritos para llevarse los tres puntos.

No llegaría a suceder y, ya con diez, y en una acción en la que los locales llegaron a reclamar fuera de juego, Kevin que ganaba orilla para picar ante Diego y hacer que Carnero, entrando desde atrás, martilleara en el tiempo de descuento el tercero para los gallegos.

Dos a tres para los de Luisito en un choque vibrante y entretenido al espectador y cuarta consecutiva para una escuadra, la pontevedresa, que se encarama a los puestos holgados de la tabla clasificatoria.

Los granates son ya quintos, empatados con el cuarto clasificado y ahora de ganar en Pasarón el próximo sábado ante el Logroñés, uno de los gallitos, le superaría en la clasificación y se situaría en puestos de play off.