Era uno de los partidos más esperados para el Cisne. Delante tenía a todo un Atlético Valladolid, equipo heredero de aquel que dominó la Asobal con Juan Carlos Pastor, uno de los cocos de la categoría por nombre y calidad. El Cisne apelaba a su público para sorprender al tercer clasificado de la tabla y lo hacía con la presencia de los equipos base y sus seguidores. Pese al gran encuentro de los de Edín Covelo, la experiencia y el oficio del Valladolid decantó el partido del lado de los visitantes.

Dispuesto a sorprender, el Cisne saltó al campo tratando de arroyar al Valladolid. El balón se movía con fluidez en ataque para encontrar las mejores ocasiones de gol. Ante esta avalancha ofensiva y con un Pablo Galán enorme, se abría la primera brecha en el marcador, con un 8-4 a los 12 minutos, que forzaba el primer tiempo muerto de los visitantes que le dio alas al equipo.

Lagunas en Cisne y un gran Fernández Hernando lideraba al Valladolid para hacer un parcial de 0-4 en 5 minutos que devolvía el empate al marcador (8-8, minuto 17). Empezaba un nuevo partido en el que hubo mucho control del marcador, sin grandes desventajas hasta el descanso (13-12).

Dispuesto a no dejarse sorprender como en el inicio, tras la reanudación fue el Valladolid el que salió a arroyar, para llevar el marcador al 14-18 en el minuto 5. Tiempo muerto del Cisne, que se reajustaba en ataque, pero de nuevo Hernández y un gran Javi Díaz impedían la remontada del Cisne liderada por Guille Real. Al final el marcador era injusto con los de Covelo, que no refleja el gran juego que desplegaron los pontevedreses.