Un Teucro superlativo superó a uno de los históricos de la Asobal, el Ademar León. Los de Quique Domínguez demostraron anoche que es mucho más que el equipo revelación de la temporada. En esta Asobal hay dos ligas, y el Teucro ayer fue sencillamente mejor que uno de los mejores. Primero apabulló con un ritmo aplastante a los visitantes para luego dedicarse a controlar el marcador en cuanto el partido se igualó y finalmente, supo apelar a la épica para llevarse una peleadísima victoria en el último segundo.

El Teucro fue sencillamente mejor, a pesar de los grandes nombres y el historial que traía el rival, y a pesar también de ciertas controversias arbitrales que tuvo el encuentro. Sobre el Pabellón Municipal el espectáculo lo ofrecieron los azules, porque pocos equipos acudieron a Pontevedra para especular tanto con el tiempo como el Ademar. Los leoneses pecaron de pasividad durante buena parte del encuentro.

Y es que el inicio arrollador del Teucro pocos se lo esperaban y lograron sorprender a los propios rivales. Los de Quique atacaban fácil, forzando la primera amarilla y un balón al palo de los rivales en sucesivos ataques que acaban con un robo de Balenciaga que culminaba Carró en el minuto 3, para abrir la primera brecha psicológica del partido con el 3-0.

Con el 4-1 llegaba la primera exclusión por dos minutos para Carró. La superioridad numérica fue aprovechada para situar un 6-3 en el marcador. Ante este ritmo que imponía el Teucro, al Ademar solo podía hacer una cosa: dormir el partido, lo que provocó también más fragilidad en la defensa teucrista. La máxima diferencia para los pontevedreses en todo el partido llegaba en el minuto 12, con un 8-3 que provocaba el primer tiempo muerto de los visitantes para parar un marcador que empezaba a tener carices dramáticos para el Ademar. El riesgo para los de Rafael Guijosa de quedarse fuera del partido a primeras de cambio era evidente.

El tiempo muerto surtió efecto en el partido rival. Empezaba un nuevo partido al subir la intensidad ofensiva. La consigna del Ademar fue hacerse con la posición del pivote para tratar de superar a un Amérigo superlativo, pero que empezaba a sufrir los mejores minutos del Ademar. Los visitantes hacían un rápido parcial de 1-4 peligroso para los pontevedreses y que culminaba con el empate a 10 superando el minuto 20.

A partir e este momento empezaba un nuevo partido que poco tenía que ver con el apabullante inicio. El Ademar coqueteaba con el pasivo en sus ataques, siendo castigado por los árbitros únicamente en una jugada en el 25, pero podrían haber sido mucho más porque entre esta jugada y el descanso no pasó nada. En Ademar atacaba andando, ofreciendo un pobre espectáculo, pero al fin al cabo haciendo su propio partido, yéndose al descanso con un 14-13 gracias al gran acierto anotador de los leoneses.

Tras la reanudación, se esperaba un partido con más ritmo. En la primera superioridad numérica de que dispuso el Ademar, el histórico Juanín García situaba a su equipo por primera vez por encima en el marcador, con un 16-17 en el minuto 2. Era el primer incendio para el Teucro, que rápidamente volvió a ponerse por delante con un 18-17. Una ventaja que no sería aprovechada, entrando el partido en un toma y daca, en el que ninguno de los equipos lograba superar al otro en el marcador por una ventaja de más goles. Hasta llegar al minuto 13 en el que el Ademar conseguía su máxima diferencia del partido, con el marcador 20-22.

Dos genialidades de Hernández y de Rial en el minuto 28, acompañado de un Amérigo espectacular, devolvía al Teucro al partido, con el empate a 22, pero con las peligrosas sensaciones de que en cualquier momento el Ademar podría irse del marcador.

Con el marcador en esa tesitura, llegaba una de las polémicas del partido, con una rigurosa exclusión a Hernández. Lo más llamativo es que en la siguiente jugada los jueces perdonaron otra exclusión más evidente por parte del rival. El Ademar volvía a aprovecharse de una superioridad numérica para volver a situarse 2 por encima en el 24-26 a falta de 5 minutos. Volvía a atacar andando los rivales, jugando con el marcador. Para más inri, Rial fallaba dramáticamente el empate a 27 a falta de dos minutos. Pero el guión del partido no era que el Teucro perdiese. Amérigo (otra vez más) paraba una contra importante, para después David Chapela hacer el empate a 27. La contra del Ademar la volvía a parar Amérigo permitiéndole al Teucro tener la última posesión con 25 segundos. La férrea defensa del Ademar obligaba a forzar un tiro. En el lapso del último segundo, Iván Fernández recibía en el extremo izquierdo para lanzar una rosca al tiempo que sonaba la bocina para superar la línea de meta y hacer el 28-27 final con el público del Pabellón Municipal enloquecido. Jugando así, este Teucro puede ganar a cualquiera.