A medio gas. Así logró el Teucro su décimo segunda victoria en doce jornadas de campeonato. El encuentro en el que los pontevedreses se impusieron al Amenábar, pese a lo que muestra el resultado que fue de 33-25, está lejos de lo que nos viene acostumbrando este equipo. Después de una floja primera parte, Quique Domínguez puso firmes a los suyos en el descanso y ahí se acabó el partido para los visitantes.

No se puede negar la constancia y la entrega que pusieron los vascos sobre la cancha, mucho más metidos en el encuentro, supieron compensar con entrega la diferencia de calidad que hay con los pontevedreses. Después de unos cinco minutos desaparecidos, el Teucro empezó a reaccionar de la mano de Edu Moledo, especialista en las contras, y con un gran Carlos García. Antes Amérigo había logrado cortar dos ataques de los visitantes con dos paradas espectaculares.

Parecía que el Teucro ponía la marcha que les diferencia con otros, llegando a lograr una ventaja de cinco goles en el minuto 20. Los locales vieron el partido encarrilado y bajaron los brazos dejándose empatar al filo del descanso con un parcial de 2-7 en los últimos 10 minutos de la primera parte.

La charla en el descanso surgió efecto y vimos en la segunda parte la cara a la que nos tiene acostumbrados este Teucro. Mucho más metido en el encuentro, con más movilidad, logró un parcial de 8-1 en el minuto 9. Después del tiempo muerto, el Amenábar se dedicó a intentar reducir la sangría por medio de un David Aguirrezabalaga que fue el referente ofensivo de los visitantes. Con mucha velocidad en el juego, el Teucro se veía por encima, provocando ciertos errores. En la parte final fue para los porteros y para los que menos minutos suelen tener en el campo. Fue entonces cuando Santiago Gómez realizó varias paradas importantísimas, no permitiendo que el equipo volviese a perder intensidad. Al final victoria un Teucro más líder, que ya piensa en su próxima visita ante el Barcelona B.