Cuarta jornada y primeros silbidos para el Pontevedra. Los granates encadenan dos derrotas consecutivas y firman así un cuestionable arranque de liga que les deja en mitad de la tabla. Si el resultado ante el Deportivo B preocupa, más lo hace la manera en la que se produjo. Los visitantes se adelantaron muy rápido y después supieron reponerse al empate para aguantar el último tramo de encuentro con uno menos sobre el terreno de juego. La expulsión de Jacobo, que había entrado al campo en el minuto 70, igualó de nuevo los efectivos en los instantes finales sin que ello se trasladase al marcador.

El partido comenzaba, al igual que la pasada semana en Ribadeo, con malos presagios para el Pontevedra. El primer acercamiento peligroso del Deportivo B a la portería de Edu se convertía en gol tras un fallo de Adrián al ceder el balón a Edu. Transcurrido dos minutos de partido el marcador ya se ponía en contra de los granates. Una circunstancia que puso el partido muy cuesta arriba desde el principio. Los blanquiazules demostraron cualidades para ser merecedores de su condición de favoritos al ascenso. Su cóctel de juventud y esfuerzo puso en constantes aprietos a un Pontevedra que expuso muy pocos argumentos para hacerse con un punto al término de los 90 minutos.

Parecía que el conjunto iba a reacciones y, de hecho, tras el 0-1 el Pontevedra se fue arriba. Más llegadas y más presión sobre el área acabaron por llevar el empate en el marcador. En una jugada en la que se reclamaba penalti por mano de un defensa deportivista, fue Jorge quien, tras un centro de Anxo y tocando uno de los primeros balones, firmaba la igualada con un decidido cabezazo. Entonces todo apuntaba a que los granates iban a ser capaces de dar carpetazo a sus errores iniciales para comenzar de cero un partido de poco más de 70 minutos. Nada más lejos de la realidad. El engranaje colectivo no rendía como se espera de un aspirante al ascenso.

Solo jugadas personales como la de Mouriño, en el minuto 27, con un atinado pase a Jorge hacían creer que el Pontevedra podría ponerse por delante. Mientras el filial que dirige Manuel Mosquera también daba muestras de su disconformidad con el reparto de puntos. Cardoso, de nuevo, estuvo a punto de poner por delante a los suyos en el minuto 35 con un potente disparo desde la frontal.

Tras la reanudación, el Pontevedra marchó decidido a evitar los fallos de la primera parte. Se propuso un inicio más decidido, quiso meter el miedo en el cuerpo del rival. Así llegó una de las mejores oportunidades de los anfitriones para ponerse por delante, con un remate de Capi que erró por escasos centímetros. Fue solo una ilusión. El juego granate decayó de nuevo, falto de ideas, de rumbo y de posibilidades. No fue de extrañar que terminase por llegar el segundo de los herculinos. En esta ocasión fue Remeseiro, de cabeza, el que envió a la red un centro de Callón tras ganarle éste la espalda a Campillo.

Era el minuto 63 y el Pontevedra necesitaba darse un vuelco para tener alguna opción y lograr la remontada en poco más de 25 minutos. Manu Fernández, consciente de que nada marchaba de manera satisfactoria, había comenzado ya antes del 1-2 a modificar su esquema. El primer sacrificado fue Centrón y sus escasas aportaciones desde la banda. Pablo le sustituyó en el 61. Nueve minutos después Benja y Jacobo se sumarían al once en detrimento de Feito y Kevin Presa. Pero nada de esto surtió efecto. De hecho, Edu salvó el 1-3 en una contra de Cardoso y Kim que este último falló a bocajarro.

Los granates desaprovecharon la oportunidad de llevar las tablas al electrónico a pesar de que el Deportivo B jugó desde el 81 con 10 futbolistas. Tuvieron siete minutos de superioridad hasta que Jacobo fue expulsado por doble amonestación en el 87. El Pontevedra volvió a reclamar penalti en otra polémica jugada, pero finalmente tuvo que asumir otra jornada en blanco. Y lo más duro, que recién arrancada la competición ya se ciernan serias dudas sobre sus posibilidades de éxito.