El consejo de administración del Pontevedra vivirá esta tarde otra jornada intensa en la que el presidente podría anunciar su marcha del club como ya manifestó en alguna ocasión, pero antes tratará de desbloquear los problemas que existen en el seno de la entidad y que impiden su buen funcionamiento, algo que se presenta complicado, al estar dividido el consejo en dos partes.
La anterior reunión del consejo ya se caracterizó por su tensión, pero esta puede ser aún más tensa en caso de que comparezcan todos sus miembros. En el anterior faltaron Ricardo Tilve y Enrique Mariño, que son del mismo bando, además de Alberto Argibay, que defiende los intereses de Acción Granate y la Asociación de Peñas.
Con toda seguridad, el punto vital de la reunión será conocer a fondo las posibilidades que tiene el club de jugar la próxima temporada en Segunda División B, y para ello los dirigentes han realizado gestiones personales por su lado para conocer de la propia Federación Española, cuales son las opciones y el dinero que habría que avalar para jugar en la categoría superior.
Tras pagar la primera de las tres nóminas que se le adeudaban a los jugadores, algunos consejeros quieren cerrar ese capítulo pagando las otras dos y de esa forma evitar denuncias ante la AFE. A última hora de ayer, en el sindicato de jugadores todavía no se había recibido ninguna por parte de los miembros de la plantilla granate.
En el aspecto deportivo también existen muchas discrepancias entre los responsables de la comisión deportiva que forman Alberto Argibay y Roberto Feáns. En un determinado momento parece que ambos habían llegado a un acuerdo mutuo para hacerle ofertas a los jugadores que interesan por escrito y con las cantidades, algo que parece que éste último no hizo, de ahí que los futbolistas no sepan realmente quien es el que toma las decisiones.
Lo que está claro es que será una reunión muy movida y que puede acabar con cambios en la composición del consejo de administración, al no estar de acuerdo con algunos de los componentes del mismo, que hacen campaña por su cuenta y se olvidan de los acuerdos que habían sido tomados con anterioridad.
