El Pontevedra tendrá que esperar a las 12.00 horas del próximo martes para certificar si jugará en la próxima campaña en Segunda División B ocupando la plaza del Puertollano, que fue quien le eliminó en la última elminatoria de la fase de ascenso.

En el seno de la Federación Española de Fútbol todavía existen dudas sobre quien tiene que ser el equipo que ocupe ese puesto en caso de que el club manchego no puedan cumplir con los requisitos económicos que les exigen las normativas. Precisamente un cambio en las mismas es la que provoca esa incertidumbre entre los clubes interesados en esa plaza.

De todos modos, en la entidad granate que preside José Manuel Fernández tienen mucha confianza de que en caso de que el Puertollano renuncia a ascender, serían ellos los que jugarían la próxima campaña en la división de bronce.

Faro conoció ayer por medio de fuentes oficiales de la federación, que si es el Puertollano quien renuncia a subir, al no poder hacer frente al aval y las deudas que tiene anteriores, sería el Pontevedra el que jugaría en su lugar en Segunda B, por ser el último rival al que se enfrentó en la fase de ascenso.

También matizaron, que si renuncian a salir en cualquier otra competición, la plaza sería ocupada por un club del mismo grupo de Tercera División que presente la documentación necesaria. En todo caso, tanto la directiva como el cuerpo técnico y la plantilla del Puertollano no las tienen consigo, ya que además de los 400.000 euros de aval que necesita, también tiene que atender a los pagos que contrajeron en el Juzgado de lo Mercantil al entrar en el concurso de acreedores, y teniendo en cuenta los gastos que acarrea jugar en la categoría superior, debido a los desplazamientos, lo que provocaría una subida muy grande con respecto al último presupuesto.

Todo parece indicar, que en el Concello no están dispuestos a colaborar con el club, de ahí que el propio entrenador Pablo Franco, hiciese unas manifestaciones públicas pidiendo colaboración de las administraciones públicas para poder salir en la competición, tras conseguir el ascenso en los terrenos de juego.

De todos modos, el Pontevedra tendrá que disponer de una cantidad, cercana a los 180.000 para hacer frente a los derechos de participación en Segunda División B. Es un dinero que ya pagaron otros clubes como el Cerceda para certificar el ascenso de categoría. En este caso, el club coruñés contó con el apoyo incondicional del Concello que se hizo cargo de ese pago en la Federación Española.

En el seno del club granate esperan que se cumplan los plazos que tienen los equipos que están denunciados por los jugadores por falta de pago y que tendrán que avalar una cantidad grande en las arcas de la federación.

Precisamente una de las preocupaciones del presidente, José Manuel Fernández, y parte de sus consejeros es hacer frente a los meses que se le adeudan a los jugadores granates para evitar problemas de última hora. De haber denuncias, el club también tendría que avalar ese dinero para pode competir en Segunda División.