José Manuel Fernández podría tener las horas contadas como presidente del Pontevedra. Todo dependerá de lo que suceda esta tarde, a partir de las 21.00 horas, durante el consejo de administración que se celebra en las oficinas del club. Los últimos acontecimientos podrían precipitar la salida del dirigente, sobre todo tras comprobar que no cuenta con el apoyo de los consejeros que forman parte del grupo elegido por Ricardo Tilve en la última asamblea de accionistas para formar parte del nuevo equipo directivo.

La trifulca que se montó el pasado lunes en el vestuario de Pasarón durante la reunión que mantuvieron los dirigentes con la plantilla y el cuerpo técnico puede traer graves consecuencias en el futuro para la entidad granate. Los futbolistas y técnicos pudieron comprobar in situ las malas relaciones que existen entre los miembros del consejo, sobre todo tras ver que la decisión de José Manuel Fernández, que estaba apoyado por José Antonio Millán, de hacer frente a una nómina antes de que emprendiesen las vacaciones, quedó rechazada por Enrique Mariño, que aseguró que "en estos momentos no se puede pagar ninguna nómina".

En ese momento el consejero puso en entredicho el poder de decisión que tendría que tener el presidente, ante un grupo de jugadores que no encontraba explicación a todo lo que estaba viendo, pues todo hacía entender que la llegada de estos consejeros al club, de la mano de Ricardo Tilve, era para regular la situación económica en la que están involucrados desde que comenzó la temporada, y a los que se le adeudan tres meses.

Las intenciones de José Manuel Fernández de que los futbolistas y técnicos pudiesen cobrar una de las nóminas pendientes antes del fin de semana quedaron rotas en ese momento, lo que sin duda creo mucha tensión en el vestuario, ya que la mayoría de los componentes del equipo no conocían a Enrique Mariño en persona.

La larga reunión dio tiempo para muchas cosas. Primero comprobar que serán varios o muchos los futbolistas que presentarán denuncia, lo que provocará que el Pontevedra tenga que presentar avales para poder fichar jugadores de cara a la próxima campaña.

Además, muchos de los que podría interesar que siguiesen no están dispuestos a renovar por el club, por lo menos sin estar al día en los pagos.

La otra gran preocupación son las grandes diferencias que existen en estos momentos entre los miembros del consejo de administración. José Manuel Fernández no cuenta con la mayoría de votos para poder realizar alguna acción, como era la de pagar una de las nóminas, por lo que es el grupo de Ricardo Tilve el que tiene el control del club, ya que cuenta con el visto bueno de Lupe Murillo, la representante de Pescamar, que es la máxima accionista de la entidad pontevedresa.

Una de las preocupaciones que tiene en estos momentos la directiva es solventar las dos denuncias que ya están presentadas en el juzgado de lo Social por parte de Richi y Santi Domínguez, que habían sido apartados del equipo a primeros de año.

Ambos jugadores no están por la labor de facilitarles las negociaciones a los dirigentes que llevan el asunto, en este caso Enrique Mariño, ya que se han visto engañados tras las primeras conversaciones que tuvieron tras su llegada al club, al no coincidir en las cantidades que tienen pendientes.