El Pontevedra saca brillo a sus jugadas de estrategia con la esperanza de que le sirvan para contrarrestar el adverso resultado de la ida en esta final por el ascenso. Los granates trabajaron con intensidad el balón parado en busca de una mayor eficacia. En el partido de ida, el Puertollano se llevó la victoria por 0-2 después de que ellos fuesen incapaces de sacar provecho de las numerosas ocasiones que tuvieron en este sentido. Así Manu Fernández dedicó casi toda la sesión de ayer, la última antes de emprender hoy el desplazamiento hasta la urbe manchega, a reconducir esta faceta de juego, consciente del margen de mejora.

"El otro día desaprovechamos un montón de ocasiones a balón parado, así que ahora queremos pulir algunos detalles una vez que hemos visto cómo defiende el Puertollano", apuntaba el técnico pontevedrés al término del entrenamiento. El equipo trata de ajustarse al actual escenario y también ha estado trabajando teniendo en cuenta otros condicionantes que el Puertollano puede introducir en el encuentro. Sobre todo en lo que se refiere al juego psicológico y de desgaste. "Ellos seguramente intenten jugar con el resultado; aquí jugaron mucho con el tiempo e hicieron muchas pausas", recuerda el técnico. "Supongo que en casa se echarán atrás y jugarán al contragolpe", valora.

Lo que tienen claro en el Pontevedra, además de la necesidad de saber aprovechar esas jugadas a balón parado y de eludir las provocaciones que plantee el adversario, es que la clave para neutralizar el resultado de la ida radica en adelantarse en el marcador. Si los granates son capaces de adelantarse en el Cerrú, los anfitriones deberán alterar el planteamiento inicial que hagan. Un 0-2 forzaría la prórroga y un 0-3 o 1-2 significaría el ansiado ascenso para el Pontevedra. "Lo importante es que el partido vaya 0-0 y que nosotros estemos teniendo nuestras opciones de hacer gol; no tiene porque llegar pronto, aunque sí con un margen que nos permita buscar el segundo; solo con anotar uno les habremos metido el miedo en el cuerpo", explica Manu Fernández.

Precisamente ése es el temor que expresan desde Puertollano. El entrenador de los manchegos, Pablo Franco, mantiene que lo primordial será no encajar. En el vestuario industrial son sabedores de que único gol pontevedrés podría desbaratar el guión que quieren aplicar a este último partido de la campaña. "Si no encajamos gol, estaremos en Segunda B; si hacemos algún tanto, el rival verá las posibilidades más reducidas y se verá un partido menos duro", explica el responsable del Puertollano en los medios locales. De todos modos ha advertido a los suyos de que "el Pontevedra, con las individualidades que tiene, va a apretar".

El técnico asegura tener bajo control casi todos los frentes. "Tenemos que estar preparados para muchas cosas; en la ida fuimos muy preparados y tenemos que seguir en la misma línea", señalaba. Eso sí, está convencido de que serán los suyos los que se hagan con un puesto en la Segunda B. "La gente está muy mentalizada y concentrada de que el domingo esto no se nos puede escapar; estaremos muy tranquilos y sin ninguna duda, pasaremos la eliminatoria", comentó en su análisis previo del partido.