El Pontevedra avanza con paso firme hacia el ascenso. Lo demostró de nuevo en la vuelta de su eliminatoria contra el Atlético Granadilla, al que venció en un inteligente partido que dejó prácticamente sentenciado en el minuto 12. El un gol que marcó Miguel obligaba a los locales a vencer por 5-1 para pasar a la tercera y última eliminatoria. Pero los granates hicieron sus deberes en todo momento. Con ambición e intensidad, en vez de especular con el resultado de la ida (3-0) marcharon decididos a por el partido. Algo que les permite ahora estar a solo dos pasos del ansiado regreso a la categoría de bronce.

Ese 3-0 que atesoraba el Pontevedra obligó al Granadilla a asumir riesgos en los primeros compases del encuentro. Y de ahí emanó un dominio que los locales ejercieron durante los diez minutos iniciales. El cuadro atlético llevó un ritmo alegre y se mostró muy incisivo a la hora de encarar la meta de Edu. Una actitud que rápidamente resultó en vano. El tanto de Miguel antes de que se cumpliera el cuarto de hora de juego cambió la decoración por completo. El gol llegó a balón parado. Feito colgó un balón al corazón del área y Miguel lo cabeceó al fondo de las mallas haciendo inútil la estirada de Saúl, que hasta ese momento apenas había tenido trabajo.

El tanto dejó en estado de shock a los jugadores del Granadilla, conscientes de que estaban obligados a marcar cinco tantos para voltear la eliminatoria. Eso aceleró la toma de decisiones de los tinerfeños hasta el descanso y, en esa tesitura, el Granadilla naufragó a la deriva.

Mediado el primer acto el Pontevedra reclamó un posible penalti sobre Carnero, pero el colegiado no quiso hurgar más en la herida isleña y no lo señaló. El paso de los minutos favoreció los intereses del Pontevedra, que se armó de paciencia y decidió esperar a las ofensivas locales para incrementar su ya cómodo colchón. Manu Fernández y los suyos no se fiaban. Sobre todo tras conocer que unas horas antes el Astorga había remontado una eliminatoria en la que partía con una desventaja de 4-0. Conscientes de que en el fútbol casi todo es posible, mantuvieron en todo momento un comportamiento irreprochable en lo que a actitud se refiere.

Por su parte, el Granadilla intentaba buscar las cosquillas a los granates por la banda izquierda a través de Javi. Edu, ante esas intenciones, se mostró inexpugnable por alto cada vez que el lateral trató de sorprenderle con algún centro desde el costado. Antes del descanso el Pontevedra pudo hacer el segundo. Carnero se sacó de la chistera un potentísimo disparo desde la frontal y obligó a emplearse a fondo a Saúl.

Tras el paso por los vestuarios el Granadilla apuró sus opciones, pero tropezó una y otra vez contra la muralla que levantó el Pontevedra delante de la portería de Edu. El conjunto tinerfeño dispuso de una ocasión inmejorable para establecer la igualada en el marcador, algo que le hubiera dado algo de aire, aunque la eliminatoria ya estaba imposible, pero la desperdició. La jugada significó la expulsión de Yago por derribar a un contrario cuando encaraba la meta en solitario. El defensa granate, tras semanas sin jugar, vio la roja cuando ni siquiera llevaba un minuto completo en el terreno de juego. Pero no era del día del Granadilla, ya que Iván Martín lanzó la pena máxima y Edu se la detuvo. De ahí al final del partido al Pontevedra le bastó con mantenerse firme atrás. El trabajo ya estaba hecho.

Los granates afrontan así los últimos 15 días de una larga pelear por el ascenso en la que hoy conocerán a su último obstáculo. La Federación Española de Fútbol realizará el sorteo de los últimos emparejamientos. Los equipos que superaron la segunda eliminatoria son, además del Pontevedra: Betis B, Astorga, Tenerife, Trival, Formentera, Somozas, Puertollano, Orihuela, Arenas, Langreo, Linares, Alzira, Socuellamos, Laredo, Mérida, San Roque y Eldense.