El Atlético Granadilla-Pontevedra, correspondiente al partido de vuelta de la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda División B, se jugará definitivamente el domingo a partir de las 20.00 (hora peninsular) tras confirmarlo ayer la Federación Española de Fútbol.

La pretensión del club tinerfeño era de que se jugase el sábado, a las 16.00 horas, un horario que desde el primer momento no aceptó el consejo de administración de los granates, ya que propiciaba que los jugadores tuviesen que presentarse en el terreno de juego nada más bajar del avión, sin tiempo siquiera para comer.

Esa fue el motivo que esgrimió la directiva del Pontevedra en el ente federativo para buscar una solución que contentase a ambos clubes, ya que es la propia federación quien coordina el viaje de los equipos visitantes cuando se desplazan a las islas al tener que hacerse cargo del desplazamiento desde Madrid.

De esta forma, la expedición granate viajará el mismo sábado como estaba marcado en el libro de ruta enviado por la federación, aunque tendrá que retrasar la vuelta hasta el lunes, al no darle tiempo para coger el domingo el último viaje con destino a la capita del España, por lo que llegarán a la ciudad del Lérez a primeras horas de la tarde.

El anuncio el pasado viernes por parte de la directiva del Granadilla, por medio de un fax, de que el partido se jugaría el sábado dejó preocupados a los miembros del consejo de administración que preside José Manuel Fernández, ya entendían que era imposible afrontarlo con garantías debido al poco tiempo que tendrían los jugadores para prepararlo, ya que la hora indicada por la federación para llegar al hotel eran las 14.00 horas.

Los directivos del club tinerfeño trataron de poner por todos los medios una multitud de excusas, tanto al Pontevedra como a la propia Federación Española para hacerles ver que era el único horario posible, ya que el domingo por la mañana se juega en el estadio Francisco Suárez un choque de fase de ascenso de categoría femenina, y que por la tarde sería imposible debido a una fiesta popular que se celebra en la ciudad y que impide utilizar el aparcamiento del campo.

En relación a la decisión que tomó la Federación Española, José Manuel Fernández afirma que "hemos estado en contacto casi permanente con la Federación Española estos días, buscando una solución. Desde el primer momento nos pidieron tranquilidad, pero hasta que nos certificaron este horario no nos quedamos tranquilos. Nosotros no nos negamos a jugar, pero no nos podían obligar a hacerlo nada más bajar del avión, sería una locura".

De cara a la eliminatoria, el presidente afirma que "existe una euforia desatada entre los aficionados que me preocupa mucho. Cada partido es una historia diferente, y más en el fútbol, que es totalmente incontrolable, ya que surgen circunstancias con las que no cuentas que te pueden cambiar el curso de un partido. Vamos con cierta tranquilidad, son tres goles de ventaja, pero dispuestos a no dejarse sorprender por un rival, que lleva ya algunas temporadas luchando por el ascenso y tratará de remontar el resultado".

Ante la euforia que se está viviendo, Fernández admite que "el cuerpo técnico nada más finalizar el partido el domingo ya les dijo a los jugadores que no estaba nada hecho, que falta lo peor refrendar la eliminatoria fuera de casa".