Perdonó el Pontevedra en Boiro y, aunque dispuso de las mejores ocasiones, no pasó del empate en Barraña pero aún depende de él mismo para lograr la primera plaza. Algo que resulta fundamental ante la visita que el Somozas realizará el próximo domingo a Pasarón. El líder tampoco supo pasar del empate ante el Barbadás, algo que da mayor valor a un empate con el que de entrada no se conformaban los granates.

El partido entre estos dos rivales directos arrancó con la intensidad que exigían las abarrotadas gradas de Barraña. No había precisión pero sí empeño, y el choque transcurrió mucho tiempo bajo estas premisas. El balón parado fue el mejor argumento que mostraron los pupilos de Manu Fernández ante un Boiro correoso, asfixiante cuando se replegaba cerca de su área. Los locales ganaron metros con el paso de los minutos y hubo momentos en los que acumularon más balón que su rival.

Un disparo lejano de Rubén Márquez y una falta ejecutada por Padín llevaron el susto al banquillo visitante. Pero el choque transcurría a rachas y el tramo final del primer tiempo fue para el Pontevedra. Primero con una incorporación de Adrián que recortó a un rival y puso el balón en el corazón del área a Fran Fandiño. Posicionó mal el cuerpo el atacante granate, que no logró engatillar con precisión. Después fue Tubo quien, en una falta lateral, se anticipó a la defensa y cabeceó por encima del larguero. Fue una primera parte de gran batalla, con altibajos de los dos conjuntos en un partido sin dueño.

En la reanudación, en cambio, el Pontevedra estuvo más cómodo y, por ocasiones, pareció más cerca de la victoria que su rival. Los de Manu Fernández se hicieron con el control del juego. Las combinaciones en el centro del campo eran más fluidas ante un rival que poco a poco iba reculando.

Como consecuencia de la mejoría en el juego, los pontevedreses fabricaron tres buenas ocasiones. La más clara en una incorporación de David Feito. En lugar del centro al área, optó por tocar raso a Carnero, que se incorporaba como una flecha hacia el área. Remató el goleador del Pontevedra a la primera y el balón se estrelló en el larguero y botó fuera. En estos minutos el Pontevedra era dueño y señor del partido. Conscientes de ello, los granates iban en busca y captura de los tres puntos. A la anterior ocasión le siguió un disparo de Kevin Levis que se marchó alto y una nueva ocasión de Carnero. El Boiro solo tuvo respuesta en un remate de cabeza de Tachi que obligó a Edu a despejar a córner.

El Pontevedra veía de cerca el triunfo, pero el partido se rompió en los minutos finales, algo que benefició al Boiro, capaz de zafarse del dominio visitante. Al final, no hubo goles en un partido muy intenso en el que ambos contendientes eran conscientes de la importancia del envite. Al final se impuso el miedo a no perder, sobre todo en los minutos finales aunque el Pontevedra se mostró con más confianza para ir a buscar los tres puntos.

Con el balance de ocasiones en la mano, el empate sabe a poco para el Pontevedra, aunque sin la inspiración de Edu, el equipo pudo volver de vacío a la ciudad del Lérez. Un nuevo disparo de Rubén Márquez desde la frontal, fuerte y ajustado el palo, obligó al guardameta a lanzarse como un gato y sacar el balón de la portería.

A pesar de la decepción inicial, una hora más tarde, cuando el Somozas terminó su cita también en empate, el resultado granate cobró mayor importancia. Los tres puntos que siguen separando a ambos equipos hacen que Manu Fernández y los suyos sigan dependiendo de sí mismos en su objetivo de ser campeones.