Tarde histórica en el campo de O Carrasco. El Marcón, por primera vez en sus 45 años de existencia, jugará en Preferente y lo hará después de proclamarse campeón aún con dos jornadas por delante para que termine la liga. Un hito que se celebró por todo lo alto en la parroquia, con fuegos de artificio, champán y una fiesta que prometía continuar hasta altas horas de la madrugada.

Carlés, en su octavo año al frente del equipo, ha llevado a los pontevedreses a la categoría superior después de una temporada irreprochable que afrontaba ayer su jornada más ilusionante. Más de medio millar de espectadores se reunieron en las gradas para presenciar el inédito momento. Y eso que el partido se puso cuesta arriba en el minuto siete, cuando el Cruceiro se adelantó en el marcador tras un rechace de Vladi del que Cris supo sacar provecho.

Este jarro de agua fría supuso para los locales, en realidad, un mayor impulso hacia su objetivo. Conscientes de lo que se estaban jugando, reaccionaron de inmediato y empezaron a ejercer un dominio que no se materializó hasta la segunda mitad. Eso sí, hasta entonces los visitantes sufrieron los suyo ante ocasiones erradas como las de Zalo, que erró un penalti en el minuto 17, o la de Martín, cuyo potente disparo desde 30 metros se fue fuera por escasos centímetros.

La presión sobre el área de los cangueses fue prácticamente constante en el segundo acto. El empate se hizo esperar hasta el minuto 62, con un centro de Zalo que Valiñas prolongó hasta el primer palo para que Sapi golease de cabeza. El 2-1 llegó con un centro de Marcos que el visitante Gabi acabó enviando a la red en un errático despeje.

Los anfitriones aguantaron los 10 minutos restantes para que con el pitido final se desatase la euforia en O Carrasco. La victoria les aseguraba el ascenso a una categoría en la que no han militado nunca. Pero la derrota del Erizana les asegura la primera posición pase lo que pase en las siguientes dos jornadas. Doble motivo de celebración en un día imposible de olvidar para el Marcón.