Un gol de falta directa botada por el juvenil Tomás permite al Pontevedra conseguir la segunda posición en la clasificación y mantener intactas sus opciones de finalizar la competición como líder del grupo. Los granates siguen dependiendo de sí mismos para lograr ese puesto por el que aspiran seis equipos de la categoría, aunque ayer volvieron a sufrir y a dar muestras de flaqueza.

De hecho, los aficionados que se dieron cita en Pasarón salieron decepcionados con el juego realizado por el conjunto que entrena Manu Fernández. Los locales no fueron capaces de articular jugadas de ataque, mientras que en defensa se mostraron muy vulnerables cada vez que el rival se estiraba y superaba la línea de centrocampistas.

Lo cierto es que el Pontevedra contaba para este choque con varios jugadores sancionados y eso se notó en muchas fases del partido. Las bandas no funcionaron y fueron muchos los que echaron de menos la presencia del veterano David Pérez y de Tubo, ya que tanto Moreira como Javi Otero estuvieron muy desafortunados en sus acciones, pero además los laterales tampoco hicieron mucho por colaborar en esa función.

Por el centro, ni Fran Fandiño, que comenzó muy activo, ni Crespo fueron capaces de tomar la manija y tratar de darle velocidad al balón y mucho menos de buscar las espaldas de los centrales del Órdenes.

De todos modos, la primera ocasión fue para los locales. Corría el minuto 20 cuando Adrián Gómez manda un balón al borde del área pequeña y Kevin Levis remata de media chilena para enviar el esférico al poste que lo repele, pero un defensa se adelanta a Fran Fandiño y logra despejarlo cuando ya se cantaba el gol en las gradas.

El dominio era local, pero tres minutos más tarde, Álex Castro saca desde la esquina y David Rey acierta a rematar en medio de la defensa granate para enviar el balón al fondo de la red. El Pontevedra trató de reaccionar a base de balones sobre la portería de Espinica, pero el empate llegó como casi siempre a balón parado. Falta al borde del área y Pablo Carnero logra superar la barrera, pero el meta visitante deja escapar el balón de las manos hacia el fondo de la red.

Lo más difícil estaba hecho, que era igualar el resultado, pero hasta el descanso los granates no tuvieron ninguna opción para superar al meta coruñés.

Los inicios de la segunda mitad fueron similares. Mal juego por ambos bandos y sobre todo muchas perdidas de balón, lo que provocaba que no se llegase a ninguna de las áreas con verdadero peligro. La excepción la puso el exgranate Capelo, cuando recibió un rechace fuera del área y mando un disparo envenenado que tiene que desviar a córner Edu con muchos apuros.

Ante la falta de jugadas combinativas, el Pontevedra trató de buscar la victoria con un juego más directo. En el 72, centra desde la banda Feito y el balón lo recoge en el área grande Kevin Levis, que tras darse la vuelta dispara, pero el meta evita el tanto despejando el esférico con los pies.

Manu Fernández buscó otras alternativas y le dio entrada al juvenil Tomás. Cuando tan solo llevaba en el terreno de juego seis minutos aprovechó un lanzamiento desde un lateral del área para meter el balón por toda la escuadra en el segundo palo, ante el delirio de la afición.

Todavía pudieron los granates aumentar su cuenta. Primero fue Luismi quien logró marcharse de un rival y lanzar muy ajustado a la escuadra y ya en el descuento, un defensa le cede el balón a Espinica, por lo que el colegiado pita falta indirecta dentro del área. Un compañero se la toca a Carnero, pero su lanzamiento tras pegar en la barrera acaba en las manos del meta.