José Temperán, presidente del Club Deportiva Coya, lleva 35 años en el mundo del fútbol y "nunca" había visto nada igual. "Todavía estoy alucinando, no entiendo nada", asegura sorprendido por el fallo judicial. Temperán explica que él mismo fue testigo de lo ocurrido en aquel partido y que en ningún momento hubo mala intención por parte del jugador de la sección de veteranos.

"Fue un lance del juego sin más, el típico cuerpo contra cuerpo, un empujón con la mala suerte de que salió despedido contra le extensores del riego y se golpeó en la cabeza", relata el directivo.

El jugador condenado entrenó ayer noche en las instalaciones del club pero prefiere mantenerse al margen. "Está muy fastidiado, muy dolido, cree que fue una jugada sin importancia y ahora solo quiere que se olvide", asegura José Temperán tras dialogar con el joven, que ya fue sancionado en su día por los organizadores de la competición. Los responsables del Coya tenían previsto mantener anoche una reunión con el equipo de veteranos para valorar la sentencia y tomar una determinación. "Queremos saber que piensa el equipo, pero no me extrañaría que muchos jugadores quisieran dejarlo porque esto no tiene sentido", explica Temperán antes del encuentro para conocer la opinión de los futbolistas. "Supongo que acabarán esta temporada, pero tenemos que estudiar si merece la pena seguir el próximo año", mantiene el presidente.