El Teucro se vuelve de Irún con la única satisfacción de haber ganado un partido. La final de consolación por el tercer puesto cayó del lado azul tras un disputado encuentro contra el Alcobendas. Una victoria cuya premio fue el de tener un agradecimiento a la afición pontevedresa que le acompañó durante este fin de semana y que el día antes quedó desolada ante la eliminación a manos de Bidasoa.

Los azules dejaron tristezas a un lado, pero les costó entrar en el partido, como también les había pasado en la semifinal. Y también como entonces, fue capaz de recuperarse para igualar el marcador cuando ya estaba mediado el primer período. Javier Barrios y los suyos corrigieron las precipitaciones iniciales y sus problemas para contener al rival para, a partir de entonces, dar pie a un encuentro en el que la igualdad en el marcador fue la tónica dominante.

A pesar de que nuevamente hubo polémica con la multitud de exclusiones que sufrieron los teucristas, esta vez llegaron con vida a los instantes más decisivos. La templanza del equipo y los aciertos de Juan Bar en este tramo final permitieron apuntalar la victoria por solo un gol de diferencia.

Tras este partido, arrancó la final por el ascenso de categoría. El Bidasoa, que había sido verdugo del Teucro cayó ante el Ángel Ximénez (26-28), nuevo integrante de Asobal. Los cordobeses acompañan así al Gijón como equipo ascendido.