Goleada, inútil para los planes granates, pero sedante para un ánimo muy dañado. El Pontevedra se despidió ayer de sus seguidores más fieles con una victoria ante un rival que todavía tenía en juego la permanencia matemática. Lo hizo, a modo de resumen de la decepcionante campaña, con algunas muestras de lo mejor y peor de un equipo que se ha quedado a las puertas del play off. Tubo fue quien más tiró del carro en busca de un triunfo que solo es válido de cara a la galería. Yago Vázquez también amplío el resultado ante un adversario que jugó los últimos 15 minutos con un hombre menos.

El encuentro empezó mejor de lo que se podía esperar de un equipo sin alicientes. Con un once en el que la principal novedad era el regreso de Lorenzo tras la mayoría de la temporada en el banquillo, el Pontevedra trataba de de desprenderse de su inercia y de la desilusión de llegar a estas penúltima jornada sin nada que hacer. Y en una de las primeras jugadas elaboradas, Tubo inauguró el marcador. Lo hizo en el minuto cuatro después de que Caco recuperase un balón en el centro del campo y se lo enviase a Moisés. En una acertada combinación con Tubo, éste se aproximó al área pequeña y desde ahí remató un tiro raso. El centrocampista iniciaba con fuerza su tarde de protagonismo.

Sin embargo, los granates debieron de pensar entonces que ya estaba todo hecho pese a que apenas se llevaban unos instantes de encuentro. Bajaron los brazos, conformándose con esa exigua renta, y empezaron los problemas. El Betanzos, en su pelea por atar matemáticamente la permanencia, poco tuvo que hacer para remontar el adverso resultado. Cuando se llevaba un cuarto de hora disputado, un saque de falta de Rebollo entró directamente a la red, beneficiándose de una salida suicida del guardameta local.

La escasa presión que introdujeron los de Milo Abelleira a su fútbol traería más problemas a lo largo del período inicial. Los de José Manuel Pose no tuvieron que romperse demasiado la cabeza para amedrentar a la zaga local. Y en una de las llegadas más claras al área, Pablo cortó una acción con escasa sutileza. Felipe, de penalti, puso por delante a los visitantes cuando aún estaba sin cumplirse la media hora. La situación avivaba más aún las voces críticas desde la grada. Tanto peñas como aficionados a título individual recriminaban duramente a jugadores, cuerpo técnico y presidencia el fracaso de la temporada.

Sin demasiado ritmo, por parte de ninguno de los contendientes, el fútbol fue haciéndose cada vez más pesado a medida que se acerca el descanso. En cambio, tras la reanudación, el Pontevedra se puso las pilas confiando en dar la vuelta al electrónico. Aunque fue Javi Otero el que amenazó con ampliar la cuenta visitante, lo cierto es que el partido pasó a tener un solo dueño. Los pontevedreses que, salvo por el impulso de Tubo, habían tenido una tímida primera parte, pasaron a dominar el encuentro. Comenzaron un monólogo que redujo las opciones visitantes a acciones puntuales. Eso sí, algunas de ellas muy peligrosas y que solo Lorenzo pudo evitar, resarciendo así su fallo del primer tiempo.

Richi y Tubo ya dieron en el minuto 51 un aviso a los de José Manuel Pose. Pero el gol fue anulado por fuera de juego. Pero en el 63, llegó el empate con uno de los goles más espectaculares que se han visto en las últimas jornadas en Pasarón. El extremo, tras controlar el esférico, se giró sobre sí mismo y disparó desde 30 metros para hacer diana por toda la escuadra. El Pontevedra empezaba a trasladar al marcador su dominio de esta segunda parte. Yago Vázquez volvió a poner por delante a los anfitriones al enviar de cabeza a la red un balón que Cristóbal Juncal había sacado de córner. Entre tanto, el Betanzos apenas tejía acciones colectivas y limitaba sus oportunidades a despistes locales.

El ayer omnipresente Tubo fue el encargado de apuntalar el triunfo con otro gol en el 73, este cabeceando desde la izquierda del área, sin dejar ocasión alguna al guardameta visitante. La victoria pudo aún ser más amplia, pero ello tampoco habría evitado un malestar de la grada palpable desde el primer momento, desde que los granates recibieron más silbidos en su salida al terreno de juego que el Betanzos.